98 días de maceración con las pieles tiene la culpa. Y además, tanto la fermentación como la maceración se llevan a cabo en tinajas del maestro Juan Padilla. Y por si eso no fuera poco, añadimos dos meses de crianza en barricas de roble francés.
Pero bueno, por mucho que estos datos me gusten, que lo hacen, y por muy bueno que estuviera en vino, que lo estaba, no existiría este articulo si no fuera por su elaborador. Tú que me lees ya sabes que lo que me emociona de un vino es la gente que hay detrás. Para mí, este binomio debe ir siempre de la mano. Buen vino y buena gente significa mejor resultado final. Si alguna de las dos patas falla, se me cae el banco.
Mi amiga Yolanda me dijo hace tiempo que había un vino naranja que tenía que probar. Quedó apuntado en la lista de deberes pero entre una cosa y otra no fue posible probarlo ni hacer una visita hasta hace bien poco. Una vez se dieron las circunstancias, allí nos fuimos.
Agustí es un chaval bien majo. Cuantos más artículos escribo, más joven es la gente que conozco (tengo que ponerme en serio a comprobar si hay relación o no). En cualquier caso, eso no quita para lo primero. Había coincidido en una feria con él y aunque muy breve, la conversación fue muy agradable. Por fin nos juntamos con más calma un sábado por la mañana y la cosa fue mucho mejor.
Agustí Torelló pertenece a la familia cavista de Sant Sadurní d’Anoia, Penedès. Desde hace unos años se ha establecido por su cuenta creando la marca Agustí Torelló Roca, o AT Roca como aparece en las etiquetas de sus vinos. Todavía mantiene sus instalaciones separadas entre una parte que alquila y otra que pertenece a la familia, pero a medida que las cosas se van desarrollando por el buen camino, su intención es unificarlo todo. También está a los mandos de otro proyecto más personal llamado Anima Mundi.
El día era soleado pero ligeramente ventoso, una de esas mañanas de otoño en las que al sol puedes estar hablando de viñedos, de suelos, de viticultura durante horas, sobre todo si tienes en las manos una copa de un espumoso elaborado por Agustí. Desde nuestra atalaya particular teníamos delante algunos de los viñedos que trabaja en Sant Sebastià dels Gorgs, en la comarca del Alt Penedès. Uno de ellos es un viñedo de Macabeo plantado en el año 1969 llamado Vinya Sobre Casa. El terreno, de suelos extremadamente calcáreos que transfieren a sus vinos una personalidad muy marcada, es de donde sale su vino Pells. Además la orientación del viñedo es norte, así que la acidez se une a ese carácter calcáreo para crear estupendos vinos.
Agustí mantiene la filosofía familiar de trabajar en ecológico y está adoptando también varios pasos de vitivinicultura biodinámica. Conoce a la perfección las tierras de sus vides y cómo influyen en las uvas que producen y en los vinos que se elaboran posteriormente. Cuando habla, captas perfectamente la pasión que siente por la localización de sus viñedos, por la influencia de las corrientes que entran desde el Mediterráneo. Habla de geología con pasión, de la forma de herradura que tiene esta zona, de la protección de las colinas circundantes originadas hace millones de años que con el paso de los siglos han ido creando un suelo rico en nutrientes marinos.
En la bodega hablamos y probamos los vinos base de sus espumosos. Agustí es un apasionado de esas notas calcáreas en los vinos e íbamos probando diferentes parcelas subiendo la intensidad de ese carácter. Lo cierto es que cuanto más calcárea es la parcela, más personalidad tiene el vino. Y luego todos pasan por barrica, unas de 225 litros, otras de 500 o 600. Y allí, en una esquina, estaban las dos tinajas que mencionaba al principio. En ellas habitaba la Macabeo que luego será Pells. En la foto se puede ver que muchas uvas estaban todavía intactas si bien ya llevaban dentro del ánfora un par de meses. Y probarlo allí mismo era una delicia. Todavía le quedaban casi dos meses de maceración y otros dos meses de barrica, pero al probar el vino delante de la tinaja solo tenía envidia de cómo debió ser la infancia de Obélix.
Después de muchas preguntas, respuestas y sobre todo mucha conversación, fuimos a la cava donde guarda muchas muchas botellas de cava de un buen puñado de añadas. Y en el fondo del todo, una mesa donde nos pusimos a catar más cosas. Los dos espumosos elaborados bajo la etiqueta de AT Roca son Pedregar y Esparter. El primero es un rosado con 85% de Garnacha Tinta y 15% de Macabeo con 7 meses de barrica y 30 meses de rima. El segundo, ay el segundo, es una maravilla. De esos que si antes no te gustaban los espumosos, ahora sí te gustan. Monovarietal de Macabeo con 7 meses de barrica y 40 meses de rima. El primero me gustó mucho también pero Esparter me pareció una maravilla. Ambos vinos se elaboran con uvas procedentes de viticultura ecológica.
Después de este inicio explosivo, nos dimos a Anima Mundi. Antes comentaba que es un proyecto más personal de Agustí. Es una vuelta a lo antiguo, a la manera en la que antaño se hacía vino. Dos espumosos ancestrales, Camí del Xops y Noguer Baix. El primero es Macabeo y Xarel·lo con la fermentación llevada a cabo tanto en barricas viejas de roble francés como en depósitos de inox. Noguer Baix es monovarietal de Macabeo y fermenta en tinajas de 600 litros. Ambos se embotellan prácticamente al terminar la fermentación y los dos se elaboran bajo criterios ecológicos y biodinámicos. Estoy seguro de que sabes cuál me gustó más, verdad?
Para terminar, dos vinos tranquilos. Anima Mundi Xarel·lo, maceración con sus pieles durante 24 horas antes de prensar y fermentación en barricas viejas de roble francés de 500 litros y tinajas. Posteriormente tiene una crianza de 6 meses con sus propias levaduras. Anima Mundi Pells es el vino con cuya descripción comenzaba este artículo. Un lujo de vino naranja en el Penedès que da mucho gusto catar, beber y disfrutar. Y compartir con amigos. Ya he comentado la filosofía que hay que estos vinos. Son completamente naturales. Agustí los trabaja con levaduras autóctonas y sin añadir absolutamente nada. Y como a él le gusta remarcar, las uvas con que se elaboran proceden de viñedos cuyos suelos son extremadamente calcáreos.
Tener la oportunidad de visitar y conocer a Agustí es un placer. No solo porque es capaz de explicarte su conocimiento y darte una clase magistral sin que te des cuenta, sino porque transmite toda esa pasión suya que lleva tanto tiempo en su familia. Y sus vinos están elaborados con esas misma pasión y con mucho cariño. Habrá a quien no le guste el cava o los espumosos del Penedés, pero primero hay que probar lo que elabora Agustí y luego opinar y decidir. Sus espumosos me gustan mucho mucho, tanto es estilo más tradicional de la región como los elaborados de acuerdo a estilos más ancestrales. Y sus vinos tranquilos son una delicia. Pells es simplemente maravilloso.
Pronto hablaremos con Agustí Torelló Roca de todo lo que le gusta a la hora de elaborar vino.