El Bvscon hecho vino de la mano de Javier Caravaca

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El Bvscon. Javier Caravaca.

Estábamos en el salón de su casa y se acercó con una botella de vino abierta con una etiqueta muy curiosa. Muy de mi gusto la etiqueta, por otra parte, ese estilo que en decoración se llama Minimalista. La literatura de la contraetiqueta también era de mi agrado, muy original, muy literario, como se esperaba viniendo del elaborador. Todo bien hasta aquí.

Luego catar. Pues muy bueno, oiga. 13.5 de alcohol, muy de mi agrado. Poca extracción, de mi agrado también. Justito de cuerpo, nada de opulencia ni tosco. Y con la tanicidad justa. Como me gusta un vino tinto, que no había mencionado antes su color. Así que le miré directamente al ojo y con mucha solemnidad le dije: «Cojonudo».

Y ya.

Es emocionante cuando un amigo te presenta a su hijo, por aquello de la continuidad de la especie. En mi caso, me emociona mucho más cuando un amigo me presenta un vino que ha elaborado él. Y no te digo si encima el vino es el primero que hace. La cosa mola mucho, pero si viene de quién viene, lo hace mucho más. No porque El Bvscon. Capítulo 1. El Lobo añada 2019 sea su primer vino y que además está muy bueno. Lo que me alegra más todavía es que sea Javier Caravaca su elaborador.

Javier es un hombre de esos polifacético. Cuando nos conocimos fue porque era y sigue siendo distribuidor de vinos en Valencia. Allí regenta Vinos Raros, dónde puedes encontrar, uhmm, bueno, vinos elaborados bajo otro punto de vista. Javier también escribe https://javiercaravaca.com/, una web dedicada a la actualidad. Asuntos de política, sociedad, cosas de esas que nos preocupan en general últimamente. También publica algunos de esos artículos en periódicos de su región.

No queda ahí la cosa. Como poeta que es, también ha escrito y publicado dos libros: Ellas. Perras, brujas y serpientes, que contiene 17 historias que hay que leer acerca de la mujer, o mejor dicho, sobre la condición femenina, publicado en 2020. y Edipo sin esfinge, publicado en 2018, que consta de 23 relatos sobre la oscuridad humana. Y ahora, para rematar la faena, saca un vino. Me ha dicho que sabe jugar al billar, pero eso está pendiente de ser comprobado. Hasta que llegue ese momento, hablaremos con él.

Muy buenas, Javi. Un placer saludarte y muchas gracias por tu colaboración. Cómo hace un vendedor de vinos para escribir libros, publicar una web y elaborar su primer vino en las 24 horas que tiene un día?

Pues muy fácil: las ocho primeras horas del día las dedico a alimentarme y a trabajar, es decir, a leer y a escribir; las ocho siguientes a probar vinos, seleccionar y darlos a conocer, lo que viene siendo el trabajo de un marchante; y las otras ocho a pensar y diseñar vinos como a nadie se le haya ocurrido antes, o al menos con una perspectiva personal que sea diferente a lo demás. Y, antes de que insistas, las otras ocho son para jugar al billar, claro.

Qué fue primero: la página en blanco o el racimo de uvas?

De eso hace mucho tiempo, fue en la adolescencia, ambos vinieron a la vez. Creo que me enamoré de una chica, de un Tondonia blanco y de un soneto de Quevedo en la misma tarde. Rozando la mayoría de edad empecé a interesarme en serio por la literatura, a alimentarme de versos y de filosofía griega, de mitos y de novelas de todas partes, y a beber vinos con pasión, cada vez mejores, entendiendo, sin darme cuenta, por qué unos estaban tan buenos y otros no. También en esa etapa gané mi primer torneo de billar, por cierto. [Risas]

Por qué Cencibel (Tempranillo) y por qué Albacete?

Por culpa de Juan Miguel de la Cruz, sin duda. No importaba la zona ni la uva, sino el alma. Conocí a Juanmi cuando estaba poniendo en marcha Vinos Raros. Me presentó su gama de vinos y quedé prendado de uno muy sencillo que elabora en Villarrobledo, de una pequeña parcela vieja de cencibel. Es una maceración carbónica muy dulce, en el sentido de tierna y amable, como yo no había probado jamás. Con el tiempo, cuando fui madurando la idea de El Bvscon, pensé en diseñar vinos en colaboración con viticultores que me movieran el corazón, y creí que sería buena idea aportar algo allí donde ya se hacían las cosas bien. Se me ocurrió que ese vino maravilloso de Juanmi podía ser algo más grande, que partiendo de esos mimbres tan valiosos podíamos hacer un vino juntos de gran altura, porque había detalles de elaboración en los que él no había pensado. Esa es la idea de El Bvscon, un proyecto amplio en el que, tomando como base el buen trabajo de un viticultor, pueda aportar yo mi perspectiva sobre el mundo de los vinos y hacer algo más especial que él no hubiera pensado antes. Así nace el Capítulo I, de una serie que espero sea muy fecunda.

Tinaja del Maestro José Gimena en vez de madera. Buena elección?

Yo diría que muy buena, y además necesaria. La jovialidad de los vinos de maceración carbónica no debe, a mi juicio, allanarse con tratamientos, sino mimarse, para dejar la fruta en su sitio y protagonista. Pero tampoco viene mal templarle el brío, como a los chavales, que son guapos y fuertes, pero de un ímpetu desbocado que conviene amansar. La tinaja es uno de los caminos para conseguirlo, afina sin mucho maquillaje. Pero la decisión no fue una inspiración divina, sino, como decía, una cosa necesaria: ¡la parcela está en Villarrobledo!, la tierra de las tinajas centenarias. Allí están las mejores del mundo, las del maestro José Gimena, decano de la orden de alfareros, mentor, por cierto, del famoso Juan Padilla.

De dónde surge el título del vino?

Es una mezcla de Quevedo, el faro que me guía en la literatura, de su personaje más conocido, el buscón llamado don Pablos, y de ese interés pícaro por mi parte del que te hablaba antes, de ir buscando viñedos y elaboradores con los que pueda trabajar en sintonía y alumbrar vinos con los que hacer feliz a los demás. En definitiva, la inspiración viene de lo que hacía Pablos, buscarse la vida para seguir en pie un día más. Él lo miraba desde la perspectiva de la supervivencia, yo, en cambio, desde el hedonismo, vinos para disfrutar. En todo caso, los dos buscamos lo mismo, vivir mejor.

Contento con la primera galerada?

Si te refieres a la etiqueta y el trasfondo literario, como prueba imperfecta para ver qué tal queda a la vista, estoy contento, pero no es tal galerada, que Yit trabajó concienzudamente el diseño para que se ajustara a los cánones editoriales del barroco, y ya no es prueba, sino obra rematada. Tampoco es galerada si te refieres al vino metafóricamente, por lo mismo, que Juanmi sabía lo que se hacía, y solo lo embotellamos después de superar el mal trago de la cata a ciegas. Pero sí, muy contento, el resultado se parece mucho a lo que yo imaginé. La verdad es que tenía una idea muy concreta en la cabeza, sabía cómo quería que fuese el vino y lo que había que hacer para conseguirlo. Juanmi supo interpretarme a la perfección y el resultado es muy satisfactorio. Para mi sorpresa, lo confieso, no estaba convencido de que saliera como yo lo imaginé. Bueno sí, eso lo garantizaban las manos del viticultor, pero igual que lo que yo tenía en la cabeza… eso era muy difícil.

Una vez revisado el capítulo 1, qué cambios habrá basados en esta experiencia?

Lo que diga el clima, ni más ni menos. La idea es firme, el espíritu del vino está claro, no habrá más cambios que los que obligue el tiempo. No me gustan los vinos de mentira, prefiero los que son fieles a la tierra y al devenir de las estrellas. Lo trabajaremos con sencillez como el primero y saldrá como Dios quiera. El 2020 está en proceso, lleva la misma intención. Está terminando la fermentación alcohólica, iremos probando el vino durante el proceso y dándole los tiempos que nos pida. La añada me parece más interesante, ligeramente menos alcohólica, menos coloreada, más fresca, con los aromas más intensos y con un equilibrio más templado. Buscaremos la manera de que se exprese como es.

Capítulo 1 publicado y a la venta. De qué tratará el capítulo 2?

Todavía no lo sé, pero hace tiempo que pienso en ello. Solo sé que será con otro viticultor. Con Juanmi seguiremos haciendo el Capítulo I, pero no se me ocurre nada que pueda mejorar el trabajo que hace con el resto de su viñedo, lo hace muy bien. Además, el espíritu de El Bvscon es ir buscando.

Y habrá más personajes en sucesivas entregas o seguirás con las aventuras de la Cencibel?

Seguro que habrá más personajes. Nada me une en especial a ninguna uva ni a ninguna tierra. Mi perspectiva no es la de un viticultor, arraigada a su campo y a su historia, que es maravillosa. Es otra más prosaica, la de un bebedor ilusionado que no se cansa de probar cosas nuevas. Me gusta imaginar cómo se podría mejorar algo que ya de por sí es auténtico y hermoso. Me gustan los vinos tintos ligeros, también los de alta expresión, y los blancos jóvenes, y aún más los viejos, y los de crianza biológica, y con burbujas, y de color naranja, y dulces… No acabaría. Prometo variedad y diversión.

Veremos un capítulo blanco?

Sí. Quizá sea el segundo capítulo. Alguna diablura tengo entre manos. Pregúntame en unos meses.

Y el billar? Echamos una partida a ver qué pasa?

Claro. Pero yo sé lo que va a pasar. No te atreverás a publicarlo.

Un gran placer haber disfrutado de tu primer vino. Voy a seguir bebiendo y leyendo tu obra. Enhorabuena, Javi.

Fotos (C) Israel Pérez @elisraperez