Castello Di Rubbia, donde la Malvasía es más que una variedad

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Castello di Rubbia

Nataša Černic es una de esas personas en el mundo del vino que cuando conoces sabes al instante que son auténticas. Personas que aman lo que hacen y tienen tal pasión que son capaces de trasmitírtela cuando te hablan.

Recientemente tuvimos oportunidad de conocer a Nataša y probar algunos de sus vinos, pero sobre todo, tuvimos la oportunidad de escucharla hablando de ellos. Y fue increíble. Azienda Agricola Castello di Rubbia di Nataša Černic es una pequeña bodega situada en Friuli, en la parte noreste de Italia, cerca de la frontera con Eslovenia, en las afueras de un pueblo llamado San Michele del Carso. Produce vinos bajo dos DOs: DOC Carso-Kras e IGT Venezia Giulia.

Una visita a su bodega es una experiencia muy agradable. Tal vez vayas pensando que te encontrarás el típico edificio que alberga la bodega, la sala de barricas y embotellado, etc, pero es todo lo contrario. En lo que una vez fue la entrada a un refugio de la Primera Guerra Mundial, tienes una gran puerta de metal que da paso al interior de una colina, y cuando accedes, tienes la sensación de estar en una feria medieval: mesas con productos artesanales, tablas con queso y jamón serrano, botellas de vino por todas partes, en cajas, en mesas, en pallets y en jaulas de acero. El techo es abovedado de piedra con arcos de ladrillo. Aquí puedes ver barricas de roble, allí puedes ver depósitos de acero, y al fondo una antigua prensa de madera. Alrededor de la sala principal hay un pasillo excavado en la roca con diferentes pinturas colgando de las paredes, diversos artefactos y más tanques de acero. 

Nataša elabora dos vinos tintos monovarietales: Cabernet Sauvignon (IGT Venezia Giulia) y Terrano (Carso-Kras). Algunos años también produce Rosso Della Bora (Teran y Cabernet Sauvignon al principio, únicamente con Teran desde 2011, IGT Venezia Giulia). Luego en el departamento de vinos blancos, produce Trubar (Vitovska, Carso-Kras), Malvasía (Carso-Kras), Vitovska (Carso-Kras), todos ellos monovarietales y Bianco Della Bora (Vitovdska y Malvasia, IGT Venezia Giulia). Los viñedos están dispuestos según el sistema Guyot y la cosecha se hace siempre a mano.

Hoy vamos a hablar de sus vinos elaborados con la variedad Malvasia, ya que es un tema que da mucho de sí.

Como hemos dicho, Nataša es una enóloga apasionada. Y tiene una pasión que la lleva a experimentar con sus vinos. Y experimentar es lo que hace. Nos gustaron sus vinos desde que probamos recientemente el Malvasía 2013, un vino cuyo mosto macera en depósitos de acero en contacto con las pieles durante seis días. El vino permanece sobre sus lías doce meses en depósitos de acero y luego se embotella. Allí permanece otros doce meses antes de ser lanzado al mercado. Es un vino muy suave que tiene un montón de textura y es increíblemente complejo y con mucho cuerpo en boca. Sin embargo, este vino es el más «regular» o «básico» que Nataša produce con la Malvasía.

En una de las esquinas hay un depósito de 1.100 litros donde descansa la Malvasia 2015. Lo probamos y estaba realmente bueno. De no haber estado Nataša por allí, habríamos embotellado 20 o 40 litros para llevarnos a casa, pero ignorábamos lo que teníamos todavía pendiente de catar. Al lado de ese tanque había otro tanque, también de 1.100 litros, con la mismo Malvasía 2015, pero en este caso, un experimento que estaba haciendo. En lugar de los días cinco o seis del mosto en contacto con las pieles, el mosto estuvo dos meses con las pieles. El resultado? Bueno, la palabra increíble no puede describirlo bastante bien. Entonces nos dijo que estaba pensando en dividir el contenido del tanque y poner la mitad en barricas de roble durante unos meses y dejar el resto en el tanque para ver qué pasaba. Sólo podemos soñar acerca de la experiencia de degustar el producto de este experimento y ver la diferencia entre el 2015 con madera y sin madera. Por cierto, el nombre que va a poner en la etiqueta de este vino es Cadenza d’Inganno, un término musical, que es el que ella utiliza para sus vinos experimentales.

Aquí ya estábamos en modo disfrute a tope. Nataša abrió una botella de Leonard 2009. Malvasía de vides que solo producen tres o cuatro racimos. Un vino excelente con una estructura muy suave y una textura que te hace enamorarte de él. El nombre viene de su padre, quien le inculcó la pasión por el vino. Se trata de un vino verdaderamente increíble.

No habíamos terminado la cata todavía. Nos fuimos al fondo de la sala, en el pasillo lateral, donde descansaba otro tanque de 1.100 litros. Otro experimento más que Nataša está haciendo con la Malvasía 2011. En este caso, el mosto estuvo en contacto con sus levaduras dos años, y pasado después al tanque. Y allí está desde entonces. El vino tenía un color naranja intenso y en boca era delicado y al mismo tiempo increíblemente potente, con una estructura que sólo se puede encontrar en vinos especiales. Este vino será embotellado en breve y estamos seguros de que no durará mucho tiempo en el mercado, ya que es un vino tan especial que será perseguido por los amantes del vino. No es un vino para todos, pero aquellos que aprecian este estilo de vino lo van a adorar. Recordando ahora el vino todavía es posible saborearlo otra vez. Este vino también se llamará Cadenza d’Inganno.

Nataša produce también una línea de vinos elaborados con la variedad blanca Vitovska. Hablaremos sobre esta línea en el futuro. Y también hablaremos pronto con ella sobre su pasión por la enología. Como mencionamos, podemos estar escuchándola hablar durante horas. Las normas de cortesía nos hicieron ponernos en marcha ya que estaba ocupada con otros visitantes, pero podríamos seguir allí compartiendo su pasión por los vinos durante horas.

Pronto hablaremos con Nataša sobre sus vinos y experimentos.