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Bárbara Palacios: «Me gusta que la fruta esté dentro de la botella y que perdure en el tiempo».

Originalmente publicada en miamigoelvino.com el 14/07/2017.

Recientemente hemos hablado sobre Barbarot, una bodega en Briones (Rioja), que elabora un vino homónimo a base de Tempranillo y un poquito de Merlot. Hoy hablamos con Bárbara Palacios, propietaria y enóloga de la bodega.

Buenos días, Bárbara, y muchas gracias por tu colaboración. Vienes de una larga tradición vinícola en la familia. Cuando descubriste que lo tuyo también era hacer vino?

Aunque no es idílico, empecé en esto del vino porque era lo que teníamos en casa. Mi padre incluso se enfadó un poco, ya que nunca le había prestado el interés que él intentaba inculcarme. Pero me fui a Burdeos, ahí me tocó vivir y sentir la magia del cultivo de la vid y ya no hubo vuelta atrás… me enamoré de este mundo.

Antes de establecerte en La Rioja, viajaste a Francia, California, Australia y Nueva Zelanda. Después, Chile y Argentina. Qué sacaste positivo de cada uno de estos países?

De cada país se aprende algo, pero sobre todo sirve para irte formando como técnico.

¡De Francia aprendí que el vino viene de la uva! Y que ésta debe ser la estrella de la película, sin una viña sana no podemos conseguir una uva de calidad. Así que se debe dar valor a lo que realmente lo tiene “el viñedo” y, luego, todo lo demás.

California y Australia, me dieron el empujón que necesitaba para lanzarme al mundo y ver que el vino tenía mucho que dar… y yo muchas cosas que aprender.

Italia y Nueva Zelanda, llegaba ya con cierta experiencia y me sirvieron para irme definiéndome y ver qué tipo de vinos me gustaban; como aplicar diferentes técnicas a los míos; descubrimiento de variedades como la Sangiovese o PinotNoir, variedades frágiles, y la necesidad de conocer una variedad para poder luego sacar el máximo de ellas.

Chile y Argentina, sobre todo la última, me afianzaron la oportunidad de trabajar en Pulenta Estate, donde era parte del equipo técnico y no una simple operaria. Esto permitió darme cuenta que era el momento de dar el salto y crear mi propia bodega.

De todas las variedades que has conocido en tus viajes, por qué te atrae más la variedad Merlot?

La verdad no es algo que me viene de los viajes, la variedad Merlot me la encontré en casa. Y he tenido la oportunidad de poder elaborarla en diferentes sitios. Creo que es la gran incomprendida. En el viñedo es un caos, y eso aunque me da más que un dolor de cabeza, al final el resultado es tan bueno que seguiré apostando por ella. En el extranjero: Francia es la cuna del Merlot, y he tenido oportunidad de trabajar con muy buenos Merlots. Pero en Argentina, como conocían mi pasión por la variedad, me dejaron elaborar parte de sus mejores parcelas, y lo disfruté; allá no tienen problemas de madurez… la fruta, la finura y elegancia del Merlot no la tienen en otras variedades.

Ahora de vuelta en casa, qué has puesto en práctica de lo que has visto fuera?

Sobre todo lo que he aplicado es en viticultura, la forma de cultivar el Merlot… Lo que he hecho es copiar el tipo de poda y conducción que se hace en Burdeos, el “guyot doble”. Requiere muchísimo más trabajo, pero creo que el resultado es muy positivo y la planta está más equilibrada.

En lo que respecta al vino, pues sí que realizo deléstages, bazuqueos y tengo destrezas que he adquirido a raíz de viajar y trabajar. Pero creo que debemos conocer cada variedad y adaptarnos a ella; no se puede marcar una receta general para todas los tipos de uva.

Qué tipo de viñedo tienes en Haro?

El viñedo está situado en Haro, a 480 metros de altitud sobre el nivel del mar; protegido por los Riscos de Bilibio y las estribaciones de la Sierra Cantabria. En la zona encontramos un clima suave, influenciado por los vientos de incidencia atlántica. Los suelos arcillo-calcáreos son pobres, de color amarillento, procedentes de las rocas calizas de las montañas que rodean la zona, ampliamente conocidos en la viticultura riojana como productores de la uva de gran calidad.

Podría dividir el viñedo en 4 o 5 partes. El Merlot fue plantado en 1990, el Tempranillo plantado en 1999, esas uvas van dirigidas al Barbarot; el 100% de la parcela de Tempranillo y una parte de la parcela de Merlot, dónde la roca madre es más superficial y las plantas más luchadoras, dan unas uvas que son un manjar. También hemos plantado recientemente Tempranillo, una parcela a unos 500 metros de la parcela principal… el páramo es conocido como Valtracones, parcela plantada con orientación este-oeste, en vaso ¡y promete mucho!

El año pasado se plantó una parcela que tuvimos que arrancar en 2010, ya que las plantas que teníamos no producían la calidad esperada. También hemos adaptado un trocito tierra que llevaba años sin trabajar; hicimos tres terrazas para aprovechar el terreno con una densidad de plantación muy alta.

De momento haces Barbarot. Tienes planes para elaborar un segundo vino?

Si, acabo de sacar al mercado Puppi de Barbarot, mi segundo vino. Con la plantación de estos nuevos viñedos, nos veíamos con la necesidad de sacarle partido. La vid necesita unos años para adaptarse al suelo y ella misma regularse. Y nosotros aprender cómo va a responder y cómo será la fruta que obtendremos. Por lo cual lo nombramos Puppi, nombre que hace alusión a “cachorro” queriendo incluir la imagen de Merlot, como un perro joven lleno fuerza que hay que domesticar. Es un vino mucho más fresco y divertido, mucha fruta en nariz sobre todo cerezas y frambuesas, una entrada potente y de larga persistencia. Un vino que ha estado en barrica durante seis meses; también con un pequeño porcentaje de Merlot, porque me gusta ese toque de frescura y elegancia que le da.

Qué parte de tu trabajo disfrutas más? El viñedo, la bodega…

La verdad es que los dos. El poder ver crecer la viña, cómo evoluciona aunque sea un trabajo muy duro. Cada año es totalmente diferente al anterior. Me encanta tener la impresión que cada vez que te enfrentas a un año, tienes que borrar todo lo que sabías, porque no depende de ti sino del tiempo. Tú puedes intuir cómo van a actuar tus plantas, pero la climatología es una cura de humildad. Cuando crees que todo lo tienes encauzado, de repente te puede cambiar en cuestión de minutos. Y eso, aunque suele dar quebraderos de cabeza, es muy bonito. Poder observar cómo la viña va respondiendo a lo que tú haces en ella. Cómo dice Miguel, mi persona de confianza en el campo, “LO QUE LE DAS, LA VIÑA TE LO DEVUELVE”

Y la bodega, tengo la suerte de que para mí es un auténtico juego. Después de todo el trabajo en el campo, te llegan los racimos y empieza la magia… Desde los muestreos ya vas imaginando cómo va a ser ese vino y te vas adaptando a lo que las uvas te están ofreciendo. Es imposible que un año sea igual al siguiente, así que hay que catar un montón e ir improvisando qué será lo mejor en cada momento.

Cómo te gusta que sea tu vino? Cuál es tu toque personal?

Yo creo que en los vinos hay que buscar el equilibrio. Trabajas durante todo un año para que la fruta esté a punto. A mí me gusta que la fruta esté dentro de la botella y que perdure en el tiempo. Mi toque personal, diría que es ese pequeño porcentaje de Merlot. Elaboro las variedades por separado, pero desde hace un par de años he descubierto que mezclarlas en el momento que van a meterse en barrica es algo que suma a su evolución: la acidez de la Merlot arma la estructura de la Tempranillo, así como la Tempranillo suaviza la potencia aguda de la Merlot. Se complementan y evolucionan mejor.

Qué tipo de crianza hace Barbarot?

Siempre me gusta usar barricas de segundo año, creo que la madera nueva se comería a mis vinos y tengo horror a los vinos donde el roble está muy marcado. Voy a repetirme, pero es importante que la fruta perdure en el tiempo y creo que si lo metiera en una barrica nueva lo perdería. Respecto al tiempo, el vino manda: en 2014 lo tuve 16 meses. En cambio, en 2015 fueron 13 meses… El vino se va catando y, por cata, se decide cuando está listo.

Estás integrada en el colectivo Rioja’n’Roll, junto a otras bodegas de Rioja: Alegre Valgañón, Sierra de Toloño, Laventura, Oliviere Riviere, Artuke y Exopto. Qué objetivos tenéis en este colectivo?

La verdad es que nos juntamos tras la necesidad de hacernos ver y enseñar que, en La Rioja, hay algo más que lo que todo el mundo conoce. Ahí nos dimos cuenta que hay muchas cosas que nos une, el respeto por la tierra y la vid como reza nuestro logo “In grapes we trust”… Más que un objetivo como tal, es una creencia: hay hacer entender que, en Rioja, hay cabida para todos. Aunque seamos pequeños, tenemos ganas de hacer las cosas bien y diferenciarnos.

Qué planes tienes para el futuro?

Planes para el futuro… pues por ahora sacar todo esto a flote, ir abriendo mercados y seguir aprendiendo de la viña. Espero poder sacar cosas nuevas, pero eso irá saliendo poco a poco… no tengo ningún proyecto a corto plazo.

Qué estilo de vino te gusta beber cuando no estás trabajando?

Qué tipo…? todos!! Depende donde esté, época en la que esté y con quien esté… Me encanta descubrir vinos de otras zonas y que me sorprendan, pero necesito a gente para compartirlos… sola no tiene la misma emoción. Creo que es la pregunta más difícil, porque no me puedo decidir por blanco, tinto o rosado,… Te puedo decir que en tintos, me gustan los vinos serios con acidez y potencia.

Muchas gracias, Bárbara!!

Foto (c) James Sturcke

Marjan Simčič, tradición vinícola familiar en Eslovenia

La parte nordeste de Italia, donde se encuentra la región de Friuli-Venezia Giulia, es parte de una zona más amplia conocida como Istria, que incluye partes de Friuli, Eslovenia y Croacia. Aquí la producción de vino es casi una religión, donde se pueden encontrar tanto pequeños productores como grandes productores con largas tradiciones familiares, algunas de los cuales se remontan al siglo XIX.

Tal es el caso de la familia vinícola eslovena de la que hablaremos hoy. Fue en 1860 cuando el tatara-tatara-abuelo de Marjan Simčič compró una granja en Medana y comenzó el cultivo de la vid y la elaboración de vino. A lo largo de los años, las riendas del negocio familiar fueron pasando de una generación a la siguiente, junto con el conocimiento y la tradición hasta que Marjan se encargó de los viñedos. Era el año 1988 y le llevó nueve años más construir una nueva bodega, cinco metros bajo tierra, rodeada de olivos y viñedos en el pueblo de Ceglo. En los años siquientes, Marjan desarrolló la tradición vitivinícola de sus antepasados hasta llegar a lo que es hoy en día la bodega: 20 hectáreas de terreno, en el corazón de la zona de Goriška-Brda, con viñedos que extienden a ambos lados de la frontera entre Eslovenia e Italia, donde se encuentra la DOC Collio. Estas 20 hectáreas producen 100.000 botellas al año, lo cual es una gran cantidad para las bodegas de la zona.

El suelo de Brda es muy especial. En este lado de la frontera, en la lengua de Brda Opoka significa marga de sedimento de la época eólica muy pobre en componentes orgánicos pero muy rica en sales minerales. La zona ofrece condiciones climáticas ideales para la viticultura. Con la protección de los Alpes Pre-Julianos y la meseta Trnovská a la espalda y la cálida brisa que viene del mar Adriático, el suelo de Brda es ideal para cultivo de la vid.

Un cambio importante vino cuando Marjan decidió pasar al cultivo ecológico de los viñedos. El trabajo en el viñedo (poda, manejo de la masa foliar, recogida de uvas…) se realiza exclusivamente a mano, lo que resulta en una mayor calidad de los vinos. No se utilizan compuestos químicos ni aditivos. Como Marjan dice: “Decidimos hace varios años que nuestras vides se pueden cultivar utilizando sólo métodos naturales, sin ningún tipo de fertilizantes químicos o insecticidas. La experiencia nos ha enseñado que esto permite la preservación del ciclo natural de los organismos que viven en el viñedo y permite que el suelo y las vides respondan de forma natural, espontánea, y llegar a ser aún más armoniosos mediante la evitación de ciertos problemas”.

En 2008 la bodega lanzó su línea de vinos de mayor calidad, Opoka Cru, que marca un hito en la familia. La selección de vinos de la bodega incluye tres líneas, y nos detendremos en la Opoka para hablar de ellos.

La primera línea se llama Brda Classic. Los vinos son todos monovarietales: Young Ribolla, Young Sauvignonasse, Young Chardonnay, Young Cabernet Sauvignon y Young Pinot Grigio. Su crianza es en tanques de acero durante un año.

La segunda línea es Cru Selection (Selekcija). Los vinos son monovarietales: Selekcija Ribolla, Selekcija Sauvignon Blanc, Selekcija Chardonnay y Selekcija Pinot Noir. Luego hay dos ensamblajes: Selekcija Teodor White y Selekcija Teodor Red. Por último, un vino Passito: Leonardo. Se trata de vinos complejos elaborados exclusivamente a partir de las mejores uvas y madurando lentamente durante un período de entre dos y cuatro años en barricas y barriles de madera de diferentes tamaños. Ninguno de estos vinos se somete a filtración.

Los vinos blancos Cru Selection (Selekcija) se someten a maceración con las pieles durante unos días: cuatro días para el Sauvignon Blanc y el Chardonnay y seis días para el Ribolla. Las uvas del Selekcija Teodor White se someten a dos días de maceración con las pieles para el Sauvignonasse y el Pinot Grigio y seis días para el Ribolla.

Luego llegamos a Opoka Cru, la línea de vinos más prestigiosa, que llevan la firma de Marjan Simčič. Aquí tenemos tres vinos blancos monovarietales y un monovarietal tinto. Opoka Cru Sauvignon Blanc y Opoka Cru Chardonnay se someten a un período de maceración con las pieles de cuatro días en depósitos de roble troncocónico con una capacidad de 4.000 litros.

Como no podía ser de otra manera, el Opoka Cru Ribolla es un vino muy especial. Marjan utiliza huevos de cemento para las uvas del Rebula Opoka grapes. Primero para la larga maceración que dura dos semanas. La fermentación alcohólica se hace en contacto con las pieles. Después, tras un ligero prensado, el Ribolla Opoka permanece en estos huevos de cemento un año y posteriormente otro año más en barricas de roble de 500 litros. Los huevos de cemento permiten una mejor micro-oxigenación y que los taninos maduren más deprisa.

El Opoka Cru Merlot se cría durante 48 meses en barricas de roble.

La línea Opoka Cru es la línea más especial de la bodega. Son lo mejor de lo mejor. Se producen sólo cuando las cosechas son excepcionales, en cantidades extremadamente pequeñas y sin filtración. Se lanzan al mercado después de siete meses de botella.

“Elaboro vinos naturales únicos con un carácter reconocible de nuestro territorio y creo en los métodos vinícolas tradicionales. Todos nuestros vinos se han hecho únicamente con nuestras uvas, que son cultivadas orgánicamente y recogidas a mano”. Marjan Simčič.

Pronto hablaremos con Marjan Simčič sobre sus vinos y su filosofía vinícola.

Fotos (c) Marjan Simčič

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Movia Wines, magia naranja en Eslovenia

Eslovenia. Sí, en Eslovenia se elabora vino. Se podría pensar que no es un buen vino, como apenas se sabe algo sobre el vino que se produce en Eslovenia. Sin embargo, producen vino de alta calidad. Hay unas pocas DOs en este pequeño país, si lo comparamos con otros países de su entorno como Italia o Francia, pero se pueden encontrar bodegas y viticultores haciendo cosas muy interesantes. Por supuesto que para ello hay que investigar, pero bueno, no es eso lo que todo winelover que se precie hace?

Eslovenia está dividida en tres grandes denominaciones de origen, que a su a vez están subdivididas en varias regiones: Prodavje, con dos subzonas: Ŝtajerska Slovenija y Prekmurje; Posavje, con tres subzonas: Bizeljsko Sremič, Bela Kajina y Dolenjska; Finalmente, Primorska, con cuatro subzonas: Goriška Brda, Vipavska Dolina, Slovenska Istra y Kras. Sobre muchas de ellas hablaremos en el futuro, ya que hay muchos y muy interesantes elaboradores dignos de buenas conversaciones.

Hoy nos quedaremos en Goriška Brda, una zona que se encuentra cerca de nuestro querido Friuli, justo enfrente de Gorizia. De hecho, esta zona, tanto la perteneciente a Italia como la que pertenece a Eslovenia, ha estado cambiando en manos de diferentes países dependiendo del resultado de varias guerras. Esta zona formó parte del Imperio Austrohúngaro y luego de Eslovenia y luego de Italia hasta la forma en que hoy están definidas sus fronteras. Por ejemplo, la bodega de la que hablaremos hoy se encuentra en Eslovenia, pero algunos de sus viñedos están al otro lado de la frontera con Italia.

¿Por qué visitamos Goriška Brda? Bueno, acaso no estamos enamorados de los Orange wines? Eslovenia es uno de los países donde se pueden encontrar grandes productores de este estilo de vino. Utilizan todos los métodos clásicos desarrollados hace siglos en Georgia: ánforas, largos períodos de maceración del mosto con las pieles, largos períodos de envejecimiento, etc.

Llevábamos tiempo intrigados sobre esta región y estábamos prestando atención a sus vinos, pero son un poco difíciles de encontrar en nuestra tienda de vino habitual, a menos que acudas tiendas online. O que tengas un amigo como Richard, que conoce la región desde hace años y atesora en su casa algunos vinos eslovenos. Así, un día tuvimos ocasión de disfrutar de una botella. Era un vino espumoso muy especial. Última añada producida, 2006. Rosé Puro de Movia. Un vino espumoso increíble hecho con Pinot Noir 100%. El mosto permanece macerando con las pieles un día, de ahí el maravilloso color rosado que muestra. Fermentación primaria en grandes tanques sobre levaduras naturales, Fermentación secundaria completada en barricas sobre sus finas lías, cuatro años de maduración en barricas.

¿Qué hace que este vino sea tan especial? Bueno, contrariamente a la práctica común, no se compra ya degollado, sino que una vez en casa tenemos que hacerlo nosotros mismos. Se recomienda que pongamos la botella en posición vertical sobre el corcho. De esta manera el sedimento desciende y antes de que vayamos a disfrutarlo, tienes que abrir la botella boca abajo para que todos los sedimentos y las levaduras naturales salgan al degollarlo. Una vez hecho, es hora de disfrutar de este maravilloso vino espumoso nada parecido a otro que se haya probado antes.

Movia es una bodega familiar con sede en Ceglo, con 22 hectáreas de viñedos en la región fronteriza de Eslovenia (Goriška Brda) e Italia (DOC Collio). El cabeza de familia es Aleš Kristančič, también el creador del vino, siendo esta la octava generación elaborando vino en la familia después de que su historia comenzase en 1820. Producen una amplia variedad de vinos, desde tintos a blancos a espumosos y a Grappa, utilizando variedades autóctonas (Sivi Pinot, Rebula…) a las internacionales (Merlot, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Sauvignon, Pinot Gris…).

Nos centraremos en dos estilos, los vinos espumosos Puro y Puro Rosé y los vinos naranja, cuyo mejor ejemplo es Movia Lunar.

Además del Puro Rosé, Puro es el otro vino espumoso que Aleš produce. De la añada 2009, su mezcla es Chardonnay 60% y Ribolla 40%. El método de elaboración es el mismo que el Puro Rosé que vimos antes. El vino creado con este método de dejarlo sin degollar hace que pueda envejecer para siempre, según Aleš. Puede llegar a los 100 años de edad y más y todavía estará madurando. Es un vino increíble elaborado sin ningún uso de azufre.

Lunar es un vino increíble. Un auténtico vino naranja. Sus aromas y su sabor te cautivan desde el primer momento. Cosecha tardía, macera ocho meses de contacto con las pieles en barricas de roble, embotellado bajo luna llena, sin azufre añadido, sin filtración, sin prensar y luego envejece durante 6 meses en la botella. Naturaleza pura en tu copa de vino. Color ámbar de intensidad media. Un montón de carácter y un postgusto fino y largo. Un vino extraordinario. Recomendación: deja la botella de pie un día, decanta el vino antes de beberlo y sirve en una copa lo que quede en la botella. La diferencia entre lo decantado y el fondo de la botella, tanto en aspecto como en sabor, es algo más que digno de probar.

Y ahora podrías pensar: bueno, sólo es otro vino naranja. Pues no, este no es el típico vino naranja habitual para los fanáticos del vino como nosotros. Cada año, Aleš cambia su mezcla. A veces es monovarietal como en 2008, cuando era 100% Chardonnay. Otras veces es una mezcla, como en 2013: Chardonnay 50% y Rebula 50%. Si te gusta este estilo de vinos, estamos seguros de que te encantará Movia Lunar.

Pronto hablaremos con Aleš Kristančič sobre su pasión por los vinos y su filosofía vinícola.

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¿Qué quiere decir que un vino es Triple A?

Hoy tengo día de opinar. Esta web está dedicada a los vinos naranja, los vinos elaborados en ánfora y los vinos naturales. No me considero por ello un fundamentalista de estos estilos. Hay aficionados al vino que ven en la etiqueta las palabras Reserva o Gran Reserva y ello les da una garantía de calidad. A mí me pasa eso mismo cuando veo un sello de Agricultura Orgánica, Demeter o Triple A. Nada en sí mismo dice que lo que hay dentro de la botella me vaya a gustar, pero cualquiera de esos tres sellos es un buen punto de partida. Es cierto que casi todos los que he probado son vinos que me atrapan, que me hacen disfrutar mucho de una copa. Son vinos que no me dejan indiferente. Algunos me fascinan, otros no tanto, hay vinos que no compraría más, pero sobre todo me gusta el toque diferencial que tienen. Lo que me gusta de ellos es que cuando menos reflejan la pasión de quienes los hacen, con todo lo que ello implica: ilusión, respeto por la tierra, el modo de elaboración, etc. Al igual que sucede con la elaboración tradicional del vino, aquella de prensa, fermentación, acero inoxidable y crianza o no en madera, los vinos naturales, orgánicos, biodinámicos y naranjas también pueden ofrecernos muchas cosas.

En la actualidad hay una corriente de opinión sobre estos vinos que los critica por ser una moda, por ser vinos con muchos defectos, por ser vinos que un día están buenos y otro día están malos. Que son vinos turbios y lleno de posos y que además huelen a eso que algunos llaman “jaula de ratones” o “aliento de perro”. Como en todo, en el punto medio está el equilibrio. No todos los elaboradores de vinos naturales hacen vinos extremos. De hecho, hay vinos orgánicos que mucha gente nunca diría que no son buenos. No podemos afirmar que el elaborador extremo es el que hace 10.000 botellas al año y que si otro elaborador hace 100.000 botellas al año no puede ser un vino orgánico. Como aficionados al vino, lo mejor que podemos hacer es probar de todo y luego hacernos nuestros esquemas mentales. No antes de probar.

El mundo del vino ofrece una gran cantidad de estilos, suficientes para que cada uno pueda encontrar el que más le guste. Hay muchos estilos que me gustan aunque también hay otros tantos que no. Hay muchos Riojas o Riberas que me gustan mucho y que nunca me canso de beber, pero no por ello voy a dejar de lado otros vinos que pueden fascinarme por igual. Hay muchos vinos naranja finos, elegantes y muy bien estructurados. Me gusta que el vino me agarre, me sorprenda, me transmita algo y sobre todo me gusta probar cosas nuevas.

Solo en España hay en torno a 70 Denominaciones de Origen. Burdeos tiene 60, Borgoña tiene 100 y en Italia hay más de 1.000 variedades de uva ¡más de 1.000! Hay tanto por probar. A veces me cuesta entender a quienes no están interesados en probar algo nuevo y que siempre son fieles a una misma etiqueta, año tras año, que les gusta que el vino siempre sepa igual. A pesar de no compartir visión, no hay nada que decir porque como decía al principio, cada uno decide lo que le gusta. También soy consciente de que hay estilos de vino, como el Oporto, el Champagne o el Jerez, entre otros, en el que muchos elaboradores buscan una homogeneización en sus añadas porque eso es lo que ofrecen. Hay muchas bodegas con un público fiel que quiere encontrar siempre lo mismo, saber que no les va a fallar su vino favorito.

Hablaba al principio de sellos certificadores de vinos naturales. Uno de ellos es Tripe A. Un grupo de productores de este estilo de vinos creó en Italia una agrupación destinada a velar por sus intereses a la que llamaron Triple A. Esta asociación engloba en la actualidad a elaboradores y bodegas de Alemania, Austria, Croacia, Eslovenia, España, Francia, Georgia y Grecia, además de Italia.

Triple A es más un movimiento que una asociación y su nombre hace referencia a las tres A que representan su filosofía: Agricultores, Artesanos y Artistas. Este movimiento se originó como contraposición a la estandarización creciente que se puede apreciar en el mundo del vino. Cada vez más, las técnicas usadas en el viñedo y en la bodega, como productos de síntesis y levaduras secas activas, tienden a eliminar la expresión de la huella y el carácter del viñedo además de la personalidad del viticultor.

«A» de Agricultores referida a la relación adecuada entre la persona y el viñedo, a obtener una uva sana y madura con una intervención agrónoma natural, sin pesticidas, tratamientos químicos o añadidos externos al vino o la uva.

«A» de Artesanos referida a la capacidad para actuar sobre un proceso vitícola y enológico que no modifique la estructura de la uva ni del vino.

«A» de Artistas referida a la sensibilidad artística de los elaboradores sobre su propio trabajo e ideas, que da vida a un vino que refleje el terroir del que procede.

En 2003 Luca Gargano creó el manifiesto que representa al grupo. Un vino Triple A proviene de una vinificación lo menos intervencionista posible. Debe realizarse una selección manual de la futura vid por selección masal, sin uso de sustancias químicas. Debe respetarse el ciclo vital de la uva para obtener su maduración fisiológica y completamente sana. Los sulfitos pueden utilizarse en cantidades mínimas sólo en el momento del embotellado. Las levaduras han de ser autóctonas y durante la fermentación no pueden corregirse los niveles del vino, como acidez o azúcar. Tampoco se clarificará ni filtrará el vino antes de embotellarlo.

Puede que pensemos que estos elaboradores trabajan su vino escondidos en un garaje, pero si nos detenemos un poco y miramos quienes forman este movimiento veremos que lejos de este prejuicio hay grandes e importantes productores en los países mencionados. Solo por mencionar a algunos de ellos, en Italia tenemos a Arianna Occhipinti en Sicilia, Denis Muntanar en Friuli, La Stoppa en Emilia-Romagna, Emidio Pepe en Abruzzo y Carlo Viglione en Barolo. En Eslovenia tenemos a Cotar y Movia. Pierre Overnoy (Jura), Château Le Puy (Burdeos) y Huet (Loira) son algunas de las bodegas de Francia. Giorgio Clai en Croacia, Château Musar en Líbano, Our Wine, Zurab Topuridze y Iago Birarishvili en Georgia, Immich-Batterieberg en Alemania, Weninger y Wimmer-Czemy en Austria y Barranco Oscuro y Esencia Rural en España.

Éste es solo uno de los tantos movimientos que hay en la actualidad. Fuera de él, tenemos otros muchos productores que han adoptado, o están en proceso de hacerlo, estas técnicas de elaboración como Josko Gravner, Il Carpino y Damijan Podversic en Italia, Andreas Tscheppe, Sepp Muster o Roland Tauss en Austria, Daterra Viticultores, Rafa Bernabé, MicroBio Wines, Vinos Ámbiz, Venus La Universal, en España, Château Renard en Jura o Milan Nestarec en la República Checa, por nombrar sólo a unos pocos.

Seguir las reglas biodinámicas imperantes en Triple “A”, la agricultura orgánica o ecológica no garantiza que el vino vaya a ser bueno. Que se haya utilizado en la elaboración de un vino barricas de nuevo uso o en su sexto año, vendimia manual, filtrado y clarificado o no, botellas más largas o más pequeñas nunca garantizará que el vino que vayamos a comprar nos guste. Todo influye, por supuesto, pero son partes de un todo, y seguir unos pasos un año puede hacer que un vino sea bueno y los mismos pasos al año siguiente podrán darnos como resultado un vino no tan bueno. En el mundo del vino nada es garantía de éxito porque hay infinidad de cosas que influyen en el resultado final. Hay muchos modos de elaboración, unos más acordes que otros con nuestros gustos y no por ello son más o menos correctos.

Al final, de lo que se trata es de poder disfrutar el vino que tenemos en la copa.

Todo lo demás son fuegos artificiales.

Il Carpino, el carácter verdadero de la Ribolla Gialla

En muchas ocasiones hemos hablado de una de nuestras varietales blancas favoritas, la italiana Ribolla Gialla, porque se adapta muy bien a una amplia gama de estilos: seco, semiseco, espumante, joven seco, dulce y sobre todo los Orange wines.  Hemos podido disfrutar de vinos naranja producidos con diferentes variedades: Sauvignon, Chardonnay, Traminer, Rkatsiteli, Pinot Gris, Pinot Blanc, Albillo Real, Malvasia o Moscatel entre otras, pero la forma en que la Ribolla se muestra en un vino naranja es simplemente fabulosa. La Ribolla es una variedad autóctona de Friuli-Venezia Giulia en Italia, sobre todo en el lado oriental de la zona, donde se encuentran muchos e importantes elaboradores. Y si hay un lugar especial para la producción de vinos con la Ribolla Gialla, tenemos que ir a Oslavia (Gorizia), donde, como mi fiel lector sabe, se encuentra la Associazione Produttori Ribolla Di Oslavia, cuyo objetivo es la promoción de la Ribolla di Oslavia (Ribolla Gialla macerada con sus pieles) y hacer que los vinos naranja sean conocidos tanto como sea posible. Quieren demostrar que las técnicas de vinificación orgánica y natural pueden producir vinos de alta calidad. Seis bodegas forman esta asociación y hoy vamos a hablar de una de ellos: Il Carpino.

Los mandos de esta Azienda Agricola están en manos de la familia Sosol. Los padres Ana y Franco y los hijos Naike y Manuel están a cargo de todo. La bodega se encuentra en las afueras de Oslavia, en Borgo del Carpino, cerca de la frontera con Eslovenia. Su enfoque de la viticultura no es totalmente orgánico, pero tratan de mantener el uso de productos químicos al mínimo posible. La calidad, y no la cantidad, es su objetivo, y para alcanzarla se reduce la cantidad de uva cosechada por medio de la poda en verde necesaria y una drástica reducción de los racimos después de haber florecido. Los rendimientos se mantienen con el sistema Guyot que deja sólo cinco o seis yemas por caña. No se utilizan fertilizantes químicos, y el tratamiento contra las enfermedades de la vid se mantiene a niveles mínimos utilizando productos con un bajo impacto en el medio ambiente.

Los Sosol producen dos líneas de vino. Un estilo joven y fresco llamado Vigna Runc, con vinos elaborados en tanques de acero. Estos vinos son vinos naturales, sin ningún añadido sintético, sin técnica y con un uso de sulfitos lo menor posible.

Los vinos Riserva o de selección se llaman Il Carpino. También son vinos naturales, y esta línea incluye los vinos macerados con sus pieles o vinos naranja. Como veremos a continuación, tienen una forma particular de envejecer los vinos. Después de la fermentación en contacto con las pieles, se prensa ligeramente el vino y luego se pasa a grandes Botti de roble de Eslavonia. Después de esto, el vino se transfiere a tanques de acero y, por último, el affinamento tiene lugar en botella durante un período de tiempo que varía con cada vino. Estos vinos son la gama alta de la bodega, hechos en completo equilibrio con el suelo y el carácter de las variedades, buscando dejar los vinos como son, no manipulándolos con procesos de bodega como clarificación, filtrado o corrección.

La línea Il Carpino tiene cinco vinos monovarietales:

Il Carpino Chardonnay, macerado con sus pieles durante siete días y con una crianza de 12 meses en Botti de roble de Eslavonia, 11 meses en depósito de acero y 36 meses más en botella.

Il Carpino Ribolla Gialla, macerado con sus pieles durante cuarenta y cinco días en Botti tronco-cónico de roble de Eslavonia. La crianza se realiza los mismos botti durante 12 meses más 11 meses en tanques de acero y 24 meses en botella. La vendimia de 2012 tuvo una maceración de 55 días, luego se mantuvo 24 meses en roble y 24 meses en botella.

Il Carpino Malvasia, macerado con sus pieles durante siete días con una crianza de 12 meses en Botti de roble de Eslavonia, 11 meses en depósito de acero y 24 meses en botella.

Il Carpino Vis Uvae, un Pinot Grigio macerado con sus pieles durante diez días con una crianza de 12 meses en Botti de roble de Eslavonia, 11 meses en depósito de acero y 24 meses en botella.

Il Carpino Exordium, un Friulano macerado con sus pieles durante diez días con una crianza de 12 meses en Botti de roble de Eslavonia, 11 meses en depósito de acero y 24 meses en botella.

Il Carpino también incluye un ensamblaje tinto, Rosso Carpino. Como es muy común en Friuli-Venezia Giulia, esta mezcla se basa en Merlot, que es un 80% de la misma mientras que el 20% restante es Cabernet Sauvignon. A diferencia de los otros vinos, el Merlot envejece en grandes Botti durante 18 meses, mientras que el Cabernet lo hace el mismo período de tiempo, pero en barricas.

Procesos de la naturaleza y vinificación

Los mejores viñedos de Il Carpino tienen una característica muy especial: su suelo es de Ponka. Ponka es una significa marga de sedimento de la época eólica muy pobre en componentes orgánicos pero muy rica en sales minerales que sólo se puede encontrar aquí en la zona de Istria. La parte superior del suelo es un derivado de piedra caliza con mucho hierro. Debajo de ella se forman formaciones calcáreas sólidas derivadas de la vida marina fosilizada. La Ponka se encuentra a cierta profundidad. Cuando llega a la superficie, la exposición al sol y la lluvia la rompen y forma un suelo blando, rico en microorganismos y muy útil para las vides. La Ponka tiene un alto porcentaje de fósiles; esto permite que las raíces de la vid busquen nutrientes asimilando todo lo que la vid necesita de la tierra.

Sobre la Ribolla Gialla

La uva Ribolla Gialla se adapta muy bien a las condiciones que encuentra aquí. Es una variedad muy vigorosa, especialmente cuando comienza a crecer y es capaz de hacer vinos que mantienen su frescura incluso después de 20 años de botella. La Ribolla de suelo de Ponka muestra su mejor carácter. Después de alcanzar una maduración completa en el viñedo, y tras la cosecha, las uvas son despalilladas. Comienza el período de contacto con las pieles. Puede ser hasta cincuenta y cinco días dependiendo de la vendimia.

El contacto con las pieles es muy importante para extraer las sustancias polifenólicas de la piel que contribuyen a dar color, taninos, sabor, aromas y longevidad al vino.

Durante la maceración, es muy importante tener cuidado de no tapar la variedad y el terroir, algo que en el pasado solía pasar con el uso de barricas. El carácter de la uva será un poco menos fresco, pero la personalidad de la variedad no se perderá. El proceso de maceración ayudará a proteger el vino porque los taninos son perfectos antioxidantes y el uso de sulfitos añadidos no es necesario hasta el momento del embotellado del vino. Los vinos macerados se conservan durante uno o dos años en roble y puede producirse alguna precipitación. No hay filtración durante el embotellado. El vino envejece durante dos años en botella antes de ser lanzado al mercado.

El poder de Collio viene dado por la Ribolla Gialla, la variedad indígena más importante. La Ribolla es la expresión de esta tierra, una uva que crece en San Floriano y Oslavia desde hace 1.000 años, incluso durante la Primera Guerra Mundial, cuando casi todos los viñedos fueron destruidos. En la década de los 1970 la Ribolla se redescubrió y replantó de nuevo. San Floriano es una zona montañosa con un clima adecuado para el cultivo de Ribolla Gialla. No todas las zonas y todos los climas son buenos para el cultivo de la uva Ribolla. La mejor exposición para su crecimiento es Sur-Suroeste.

Pronto hablaremos con Franco Sosol sobre sus vinos y su filosofía vinícola.

Fotos (c) Azienda Agricola Il Carpino

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Eric Nicolas, enólogo de Domaine de Bellivière en el Loira

Originalmente publicada en miamigoelvino.com el 29/06/2017.

Recientemente hemos hablado de Domaine de Bellivière, una bodega situada en el Valle del Loira francés especializada en la producción de increíbles vinos blancos utilizando la variedad local Chenin Blanc. Hoy hablamos con Eric Nicolas, co-propietario y enólogo.

Bonjour, Eric, y muchas gracias por tu colaboración. ¿De dónde viene tu pasión por la Chenin Blanc?

Al principio, yo era sólo un amante del vino interesado en todos los vinos y variedades de uva. Cuando decidí crear el Domaine de Bellivière en Jasnières, ya había probado varios vinos del Valle del Loira y especialmente de Jasnières y estaba sorprendido por la expresión de la tierra (terroir) en el vino. La Chenin, como la Riesling, expresa muy bien el carácter del terroir.

Elaboras seis vinos en la AOC Jasnières y cuatro más en AOC Coteaux du Loir. ¿Cuáles son las diferencias que podemos encontrar en los vinos procedentes de cada AOC?

Las dos AOC están muy cerca y los suelos son similares. La principal diferencia es que la AOC Jasnières está mucho más influenciada por el microclima generado por el Bosque de Bercé que la AOC Coteaux du Loir. Esta influencia da lugar a la aparición de botrytis en las uvas de AOC Jasnières y muy a menudo, incluso cuando los vinos son secos, tienden a ser más redondos en Jasnières y mucho más estrictos en Coteaux du Loir.

¿Qué AOC prefieres para trabajar y por qué?

Me encanta trabajar en ambas, pero en Coteaux du Loir las viñas son las más antiguas del Domaine y las admiro.

Hemos probado algunos Chenin de Sudáfrica y aunque son muy buenos, no llegan a los niveles de la Chenin local. ¿Qué es tan especial aquí para la Chenin Blanc?

La complejidad del suelo y principalmente el clima especial totalmente adaptado al ciclo de la Chenin son las principales explicaciones.

En Jasnières has elaborado Discours de Tuf (2009) y Elixir de Tuf (1997, 2004 y 2005). A qué se debe que estos vinos se hayan producido solo esos años?

Esas cosechas ofrecieron suficiente botrytis para hacer los vinos. 2005 fue una cosecha muy particular. No fue una cosecha tardía. La botrytis apareció muy pronto, masiva y muy puramente. Desde este año estoy esperando una botrytis muy pura para hacer de nuevo vinos como ese porque siempre busco pureza y finura.

Les Rosiers es un vino que nos parece simplemente fantástico. ¿Cómo es el proceso de vinificación de este vino?

Les Rosiers corresponde a nuestras viñas más jóvenes en la AOC Jasnières. Se cosecha manualmente y se prensa en una prensa neumática, luego envejece 10 meses en barricas de roble y luego se embotella.

¿Qué tipo de barrica de roble empleas para el envejecimiento?

Barricas nuevas de roble francés y 20% de roble nuevo en los vinos procedentes de viñas viejas.

¿Cómo transmites a tus vinos el terroir que encontramos aquí en el Valle del Loira?

Mucho trabajo en las viñas (arado, etc.) para obtener las mejores uvas y luego no se agrega nada en los vinos excepto un poco de SO2 antes de embotellar.

¿Cómo es tu trabajo en los viñedos? Algunas de tus parcelas ahora están certificadas orgánicamente.

Todas nuestras parcelas están certificadas orgánica y biodinámicamente. Cuando recibimos una nueva parcela tardamos 3 años para convertirla en orgánico.

¿Cómo es tu filosofía vinícola?

Trato de estar lo más cerca posible de la planta para poder entenderla y no aplicar una fórmula ya probada anteriormente.

¿Qué te gusta mostrar en tus vinos? ¿Hay un vino «Eric Nicolas»?

Elegancia, finura, pureza. Creo que tenemos un estilo propio debido al envejecimiento en barricas en nuestra bodega de carácter natural.

¿Cómo fue Les P’tits Vélos, vuestro vino espumoso elaborado con la Chenin?

El único que hicimos hasta ahora fue una prueba con 2 barriles de Jasnières 2008. Había sido cosechado para vinificar un vino tranquilo por lo que era demasiado estructurado para hacer un vino espumoso. Es por eso que el vino era semidulce y muy fácilmente bebible, porque era una refermentación natural.

Sabemos que los vinos se sienten como hijos propios, pero ¿cuáles son los vinos de los que estás más orgulloso? ¿Alguna cosecha en particular?

2010 sin dudarlo. La cosecha fue tan perfecta para las viñas que no hicimos ningún tratamiento contra las enfermedades. Y estoy convencido de que los vinos son más puros. 2017 se está pareciendo mucho a 2010.

¿Qué vinos te gusta beber cuando no estás trabajando?

Sigo siendo un amante del vino y me gusta descubrir todo tipo de vinos.

¡Muchas gracias, Eric !!

Fotos (c) Domaine de Bellivière

Albita de Ihuanco, el primer Orange wine del Perú

En nuestras rutas descubridoras de Orange Wines y de vinos elaborados en ánfora hemos viajado por diferentes países como Austria, Italia, España, Eslovenia, Croacia, Francia, Grecia y Georgia pero hasta ahora nos habíamos quedado en el Viejo Continente. Ahora toca dar un salto y cruzar hasta Sudamérica, donde en tierras peruanas vamos a encontrarnos con un vino naranja elaborado con uvas autóctonas que ha saltado a las cartas de vinos de algunos de los mejores restaurantes del mundo.

José Moquillaza es el artífice de este vino. José es viticultor desde 2003, cuando empezó a producir Pisco, el destilado típico peruano elaborado a partir de vino fermentado que se produce en el Perú desde finales del siglo XVI.

En el pueblo de San Juan de Ihuanco, en Cerro Azul, provincia de Cañete, a cinco kilómetros del Océano Pacifico están los viñedos de El Quintanar, apenas cinco hectáreas plantadas, con las variedades Albilla, Italia y Quebranta que son uvas pisqueras tradicionales. Una parcela de tres hectáreas está plantada en ladera a pie franco y otra parcela de las dos restantes hectáreas está plantada con porta injerto nativo. El suelo de las parcelas es bastante mineralizado, con granito y cuarzo, y tienen un rendimiento de unos 4.000 kilos por hectárea.

La variedad Quebranta es una uva gris, que no tinta, y con ella desde el 2012 elabora un vino clarete tradicional de Perú, Quebrada de Ihuanco, junto con su socio Camilo Quintana, y con una producción de 1.800 botellas por añada que este año llegaran a las 3.600.

Un proyecto nuevo de Moquillaza es MIMO Wines & Spirits junto a otro socio suyo, Matías Michelini, en el Valle de Ica a 300 kilómetros al sur de Lima está ubicada la bodega La Quilloay. Allí se ubica un pequeño viñedo de uvas Italia y una antigua bodega equipada con alambique de cobre y 40 fermentadores de cemento de 1.800 litros cada uno dañados por el terremoto del año 2007.

La Quilloay es el epicentro para la producción de vinos MIMO (de Michelini y Moquillaza), juntos trabajan por una conexión enológica entre el Valle de Ica en Perú y el Valle de Uco en Argentina y producen tres vinos MIMO: un tinto de Ica cofermentando Quebranta con Moscato Rosso y dos vinos naranja monovarietales de Italia y Torontel. Los tintos pasan ocho meses en barricas de sexto uso y los naranjas cuatro meses en ánforas de barro fabricadas hace 80 años.

Para los peruanos, la uva Quebranta es la reina de las uvas. Su característica principal es que genera mucho azúcar y tiene granos grandes en las zonas con alta luminosidad como el valle de Ica. Es una uva muy buena para el pisco pero no tanto para elaborar vino. En Ihuanco, la climatología es bastante adecuada para los viñedos, estando situados junto al mar, lo que proporciona brisa y neblina que se traducen en menor luminosidad, baya más pequeña y piel más gruesa, además de mineralización y salinidad.

Los vinos obtenidos son de perfil joven sin una crianza larga. Son vinos que resultan ideales para acompañar la sutileza de la gastronomía del Perú.

José elabora también una mistela recuperando una tradición del siglo XVI llamada Antiguas Familias con una producción menor, de unas 600 botellas al año. De su Pisco Inquebrantable produce 1.500 litros por año pero solo embotella 990 botellas anuales con 10 años de reposo: Las normas peruanas permiten embotellar con solo 3 meses de guarda.

En 2014 José incorporó un nuevo vino a su producción, el protagonista de nuestro artículo de hoy. Albita de Ihuanco, el primer vino Orange del Perú, elaborado a base de uvas Italia y Albilla. La vinificación es la siguiente: en primer lugar se asegura de que la uva no esté del todo madura adelantando la vendimia unos 30 días para que de este modo la uva tenga un menor nivel de azúcar y una mayor acidez. Tras la vendimia, una tercera parte de las uvas se introduce entera en los depósitos para que tenga un poco de carbónico natural. El resto de la uva va despalillada y rota. Después, el mosto permanece en contacto con las pieles durante 60 días a temperatura no controlada. Una vez han pasado estos 60 días se prensa y se obtiene el vino base el cual se divide. Un tercio va a ánfora y dos tercios a un Flexitank donde se cría otros 90 días, periodo tras el cual se embotella con la cantidad mínima requerida de sulfitos.

Las cosechas 2014 y 2015 rondaron las 1.200 botellas. El año 2016 una ola de frio redujo la producción y solo se obtuvieron 300 botellas. En 2017 el viñedo soportó un aluvión que causó daños y la producción ha llegado a 600 botellas, todas pre-vendidas a los principales restaurantes del mundo.

Pronto hablaremos con José Moquillaza acerca de todo su trabajo y filosofía vinícola.

Fotos (c) Pepe Moquillaza

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Clai Winery, vinos naranja en Istria, Croacia

A finales del siglo XX, la elaboración de vinos naranja experimentó un renacimiento tras haber sido olvidada durante muchos años. Fue en la región de Istria donde volvió a la vida. Istria es un área que incluye partes de Italia, Eslovenia y Croacia y aparte de ser el hogar de grandes productores de vinos naranja, es también el lugar donde una variedad de uva ofrece grandes resultados: la Malvasia Istriana. Recientemente hemos hablado de productores que elaboran estupendos vinos elaborados con esta uva, bodegas que tienen viñedos de más de 80 años y producen vinos Malvasia en una amplia gama de estilos: secos, jóvenes, envejecidos en tanques de acero, envejecido en madera y también con procesos de vinificación especiales. Hoy hablaremos de los vinos naranja elaborados con la Malvasia Istriana. Y puesto que estamos en Istria, hablaremos de un productor que hace este tipo de vino. Y cruzaremos las fronteras de Italia y Eslovenia para llegar a Croacia, donde nos encontraremos Clai Wines.

El pueblo de Krasica está situado a 40 kilómetros de Trieste en Italia, y es el hogar de la bodega de Giorgio Clai. Esta bodega es un pequeño negocio familiar que posee once hectáreas, tres de ellas dedicadas a olivos y las restantes ocho dedicadas a viñedos. Aquí Giorgio planta sobre todo variedades autóctonas, y sólo una pequeña cantidad de variedades internacionales para sus multivarietales. Cuando hablábamos del Friuli en Italia, vimos que hay un clima con condiciones especiales debido a que la zona se encuentra entre los Alpes Pre-Julianos y el Mar Adriático. Aquí, esta zona de Croacia está situada junto a la Montaña Ucka que en unión al aire del mar que sube por el río Mirna crea un microclima especial idóneo para el cultivo de vides y olivos.

Los viñedos de Clai están plantados con Malvasia Istriana, Refosco y Muscat. Con estas uvas producen seis etiquetas diferentes, ya sea como monovarietales o multivarietales.

Los viñedos se trabajan de manera orgánica, la fertilización es mínima y solo cuando se necesita, utilizando estiércol orgánico y natural. No utilizan ningún tratamiento: herbicidas, insecticidas, fertilizantes comerciales, etc.

Una vez que las uvas han sido cosechadas, la fermentación se produce espontáneamente junto con las pieles y sin la adición de enzimas, levaduras añadidas o bacterias malolácticas. Después de esto, el envejecimiento tiene lugar en barricas de madera de diferentes tamaños con una larga estancia sobre las lías. Alrededor de un año más tarde los vinos se embotellan sin filtrar.

Clai produce dos vinos monovarietales. No diremos cuál es mejor, pero nuestro corazón está ciertamente con el Malvasia Istriana. SV. Jakov Malvazija procede de cepas con un rendimiento de 1-1,5 kilos de fruta. Dependiendo del año, el mosto permanece en contacto con las pieles un periodo entre dos y cuatro meses en cubas abiertas, sin la adición de levaduras ni enzimas seleccionadas. Luego el vino envejece en grandes toneles de madera de 25 hectolitros. En 2015 la producción fue de 6.000 botellas. No se produjo una sola botella en 2014 ya que la cosecha fue realmente difícil debido a la gran cantidad de lluvia y una pequeña obtención de fruta.

El segundo monovarietal es el Brombonero Refošk, producido con la uva autóctona Refosco. El mismo proceso y método de elaboración que el Malvasia. Brombonero 2014 experimentó la misma situación que SV. Jakov y en 2015 la producción fue de 4.000 botellas.

Después tenemos dos multivarietales: uno blanco y otro tinto. El blanco es Ottocento Bijeli, producido usando Malvasia Istriana, Pinot Gris, Chardonnay y Sauvignon. En 2014 produjeron alrededor de 9.000 botellas, aumentando este número hasta 12.000 en 2015.

Ottocento Crni es el multivarietal tinto, usando Refosco, Merlot y Cabernet Sauvignon. En el año 2014 produjeron alrededor de 9.000 botellas subiendo hasta 10.000 en 2015.

Tasel es su vino dulce elaborado con la Muscat Blanca. Y, finalmente, su vino espumoso es PjenuŠavo Vino, elaborado con Malvasia Istriana, Chardonnay y Plavina. Este vino se hace según el método clásico de fermentación en botella y envejece 24 meses sobre las lías.

Pronto hablaremos con Giorgio Clai sobre sus vinos y su filosofía vinícola.

Fotos (C) Clai Winery

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Cata a Ciegas de Orange wines

El reto era organizar una cata de vinos naranja que estuviera a la altura de los participantes, un nutrido grupo de somelieres, restauradores y expertos en vino. Nunca hay que amilanarse ante los desafíos, así que nos pusimos manos a la obra.

Lo primero era cómo organizar la cata, es decir, qué criterios seguir a la hora de seleccionar los vinos, y posteriormente cómo organizarlos. Para ello, había que tener en cuenta que no sería una cata al uso en la que podríamos comparar unos vinos con otros, ya que por las características propias de los vinos naranja no podrían compararse. Con esto en mente, para la selección de vinos la apuesta sería escoger vinos hechos con diferentes variedades, de diferentes países y con métodos de elaboración diferentes. Tras mucha investigación, llegamos a la selección de 10 diferentes vinos provenientes de 6 países. Algunos de los vinos utilizaban uvas autóctonas, otros usaban variedades internacionales.

El siguiente paso era decidir el orden de cata. La decisión fue empezar por los vinos cuyo periodo de maceración con las pieles era menor e ir incrementando este periodo con cada vino. Esto no permitiría ver la influencia de la maceración con algo de independencia de la variedad. No mucha, pero sí algo.

La tercera decisión fue hacer cata ciega. Nada más que para que cada catador se enfrentase a cada copa sin saber lo que había delante, con la única pista del periodo de maceración, y tipo de crianza.

Los vinos seleccionados y su orden de presentación fueron los siguientes:

  1. Erea Da Vila 2015, Godello, Doña Blanca, Colgadeira. Daterra Viticultores. Galicia (España). Cinco días de maceración, diez meses de crianza en barricas de roble y ánfora de arcilla.
  2. Malvasia 2014, Azienda Agricola Skerk. Carso-Kras (Italia). Diez días de maceración, doce meses de tonel.
  3. Jakot 2010, Friulano, Azienda Agricola Dario Princic. Venezia Giulia IGT (Italia). Veintidós días de maceración, veinticuatro meses de tonel.
  4. Riserva di Oslavia 2012, Ribolla Gialla, Azienda Agricola Primosic, Collio DOC (Italia). Veinticuatro días de maceración, veinticuatro meses de tonel.
  5. SV Jakov Malvazija 2012, Malvasía, Clai Wines, Istria (Croacia). Cuarenta días de maceración, doce meses de tonel.
  6. Rkatsiteli 2015, Rkatsiteli, Pheasant’s Tears, Kakheti (Georgia). Tres meses de maceración, XXXXXXXX meses de tonel.
  7. Hirschkäffer 2014, Sauvignon Blanc, Chardonnay, Weingut Andreas Tscheppe, Steirerland (Austria). Seis meses de maceración en barrica.
  8. Roter Traminer 2013, Traminer, Weingut Ronald Tauss, Steirerland (Austria). Seis meses de maceración en barrica.
  9. Lunar 2008, Chardonay, Movia, Brda (Eslovenia). Ocho meses de maceración, tres meses de tonel.
  10. De Sol a Sol 2011, Airén, Esencia Rural, La Mancha (España). Catorce meses de maceración, tres meses de tonel.

La cata no se dio por terminada en este punto, sino que se ofreció otro vino invitado. Al ser la progresión desde cinco días a catorce meses, este vino estaba fuera de posición, pero por sus características merecía la pena probarlo:

11. Pinot Blanc 2014, Pinot Blanc, Amphorenwein, Steirerland (Austria). Seis meses de maceración en ánfora, tres meses de crianza en ánfora.

Los vinos dieron de todo. Algunos gustaron mucho, oreos dejaron frío. Lo mejor fue ver la variedad de tipos de elaboración de vinos naranja y cómo afecta la maceración y la crianza al resultado final.

Posteriormente se puntuaron los vinos. Un método sencillo, elegir los tres vinos que más gustaron. A los elegidos en primera posición se les daba 3 puntos. Dos puntos a los elegidos en segunda posición y un punto a los elegidos en tercera posición. El resultado para los vinos puntuados fue el siguiente:

  1. Riserva di Oslavia 2012, Primosic: 29 puntos.
  2. Malvasía 2014, Skerk: 9 puntos.
  3. SV Jakov Malvazija 2012, Clai Wines: 9 puntos.
  4. Hirschkäffer 2014, Weingut Andreas Tscheppe: 9 puntos.
  5. Erea Da Vila 2015, Daterra Viticultores: 8 puntos.
  6. Jakot 2010, Azienda Agricola Dario Princic: 7 puntos.
  7. De Sol a Sol 2011, Esencia Rural: 1 punto.

Fue una gran velada, muy interesantes los vinos.

Bernabé Navarro, vinos naranja en Alicante

Está muy bien que te recomienden un restaurante en un pueblo perdido en la montaña del que te dicen que se come muy bien. Lo segundo que piensas es qué tipo de carta de vinos te encontrarás en él. Y para mis adentros me digo “Alicante… en la montaña…. es posible que los sospechosos habituales…”. Así que casi ya me decido por pedirme unas Coca-Colas, que maridan bien con todo. Pero la esperanza es lo último que se pierde, aunque sea en la montaña. Echando un vistazo a la carta de vinos empiezo a ver lo que me temía. Entonces, le pregunto al dueño: “Y de Rafa Bernabé tiene algo?” me mira y me dice: “Tengo Tragolargo y Beryna”. Sonrisa de satisfacción, un claro entre las nubes. “Pues no se hable más. Primero la primera y segundo la segunda.”

Así que disfrutamos de la buena comida del sitio, que lo era y mucho, con dos vinos que merecían mucho la pena. Tragolargo 2013 es un Monastrell 100% fermentado en inoxidable y sin crianza. Vino joven y rico. Beryna 2012 es un Monastrell y Garnacha con 14 meses de barrica nueva que está también muy rico.

Estos dos fueron los primeros vinos que hemos disfrutado de una bodega situada en Villena, provincia de Alicante. Trascurrieron unos meses y en ese tiempo empezamos a planear una visita y escribir sobre esta bodega alicantina. Mientras tanto, cayó en nuestras manos una botella de su Benimaquia Tinajas 2015, un Orange wine que nos cautivó desde el primer trago. Meseguera y Moscatel con seis de meses de contacto con las pieles y crianza en tinajas de barro. Un color muy llamativo, una nariz muy intensa y una boca que representa lo que debe ser un vino naranja elaborado en tinaja.

Posteriormente, pero no mucho, hemos tenido ocasión de probar dos espumosos de Bernabé, ambos elaborados según el método ancestral: Acequión 2013, Moscatel de Alejandría 100%. Un vino que merece mucho la pena. Con Benimaquia todavía reciente en nuestras papilas gustativas, Acequión nos ofrecía los mismos aromas y sabores pero con la particularidad de tener burbujas. Muy rico y muy agradable de beber. Tipzzy 2015, Monastrell y Garnacha. Otro buen ejemplo del trabajo de Rafa Bernabé con los espumosos.

Tras probar estos vinos, se antojaba escribir sobre Bodegas Bernabé Navarro y su propietario y enólogo, Rafa Bernabé. Y en especial sobre los vinos que tiene elaborados en tinajas, que son tres vinos blancos, dos tintos y un rosado.

Los blancos están elaborados con un ensamblaje de Moscatel y Meseguera y la diferencia entre ellos es el tiempo que permanecen en las ánforas. Tinajas de la Mata tiene cuatro meses de crianza, Benimaquia Tinajas se cría durante seis meses y Flor de la Mata envejece durante veinticuatro meses. La crianza de este último es además sobre velo de flor.

Los dos vinos tintos son La Amistad, elaborado con la variedad Rojal y con cuatro meses de tinaja, y Cuvée Juan Padilla, 100% Monastrell y con doce meses de envejecimiento en tinaja.

Finalmente, el rosado es Musikanto, 100% Garnacha y con cuatro meses de crianza en tinaja.

Todos ellos elaborados con uvas procedentes de agricultura orgánica, como el resto de vinos de la casa.

Hay más vinos en la bodega que hay que probar. Poco a poco se andan todos los caminos, porque estos cinco vinos no son más que el principio.

Pronto hablaremos con Rafa Bernabé acerca de sus vinos y su filosofía vinícola.

Fotos (c) Bodegas Bernabé Navarro

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