Kmetija Štekar, la vida tranquila en Eslovenia

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Kmetija Štekar

Eslovenia rural, una copa de Pinot Draga maravilloso, algunas lonchas de jamón casero con queso, una conversación sobre el vino y la vida, y también, ¡conversación sobre fútbol americano! ¡Imagínate eso! Estar en un pequeño pueblo llamado Kojsko en casa de Janko Štekar hablando con él sobre dos de mis grandes pasiones: sus vinos y el fútbol americano. ¿No es como estar en el paraíso? Pero claro, no tardaron en salir algunas nubes por detrás de la casa que taparon el sol… Janko dijo que era aficionado a los Raiders de Oakland…, uhmmm, si, bueno, no he dicho que Janko fuera perfecto…

Janko es un tipo natural que hace vino natural y tiene una risa que se te contagia rápidamente. Su reino, Kmetija Štekar, está a mitad de camino entre los Alpes Pre-Julianos y el mar Adriático, en Goriška Brda, en un pequeño pueblo llamado Kojsko, un lugar bien protegido de las corrientes de aire frío provenientes del norte, y con la ayuda del viento Burja que viene del este que contribuye a evitar humedad en los viñedos. Viñedos que, por cierto, están colocados en terraza y se trabajan de manera ecológica. Janko deja todo en el suelo. En esta zona la lluvia es muy abundante y la erosión que provoca en los viñedos a veces hace que el suelo llegue a perder hasta 15 centímetros al año, lo que hace que proteger el suelo sea una necesidada, no sólo una tendencia moderna o una moda pasajera.

El negocio de Janko no es solo vino. Junto con su esposa Tamara tiene un Bed and Breakfast, también hacen su propio embutido y su queso. Hay que hacer espacio en casa para los estupendos productos que elaboran.

Janko, como productor natural, es un apasionado de hacer los vinos de esta manera. Puede hablar durante horas sobre cómo esta es la forma correcta de elaborar vino y no solo hacer vino usando la tecnología. Usa solo una pequeña cantidad de sulfitos en sus vinos. Eslovenia es un país pequeño y casi toda su producción se vende fuera, por lo que debe asegurarse de que cuando sus vinos viajen lejos, estos lleguen en óptimas condiciones.

Los viñedos están enfrente de la casa, en esas terrazas por las que puedes caminar. Pequeñas parcelas para cada variedad, como puedes imaginarte. Son terrazas empinadas de todos modos. La vista desde la casa, especialmente en días claros, es espectacular. Puedes ver las cimas nevadas de los Alpes y el mar. Una vista increíble.

La bodega es bastante pequeña. Janko utiliza madera de cerezo y de castaño para sus barriles, nada de roble. Diferentes tamaños para diferentes variedades. Tiene dos líneas de vinos: una línea fresca sin uso de maceración con las pieles y otra en la que los períodos de maceración son muy cortos: apenas unos días para la Malvazija, Chardonnay y Pinot Draga (Pinot Grigio) y hasta quince días para la Rebula.

Después de recorrer los viñedos, a pie, era hora de reponer nuestros niveles de energía. Vino, jamón y queso, o era al revés? En cualquier caso, el día era soleado y cálido, así que continuamos nuestra conversación. Sin mencionar el fútbol americano…

Empezamos por dos vinos de la línea fresca: Rebula 2016 y Belo 2016. El primero refleja perfectamente el alma de esta variedad tan importante en esta parte del mundo: el Rebula o Ribolla Gialla en Italia. Un vino no macerado que te podías beber fácilmente toda la botella mientras hubiera queso y jamón en el plato. Y al acabarse el jamón y el queso, podías seguir y seguir, aunque no se llegaron a terminar. Vino muy fino, todo natural, y muy agradable. Seguimos con un ensamblaje: Belo tiene un 50% de Chardonnay y la otra mitad se divide entre Pinot Blanc, Sauvignon y Rebula. Fantásticos ejemplos de vinos frescos naturales. Janko hace obras maestras en esto.

La segunda parte de la cata fue para los vinos macerados. Empezamos con el Jankot 2016, elaborado con la uva local Friulano. Tú que me lees ya sabes que esta variedad recibía el nombre de Tokai Friulano en esta región, hasta que en 2007 los productores húngaros del vino conocido por su nombre Tokaj, demandaron a los que no eran húngaros, motivo por el que tanto en Italia como en Eslovenia tuvieron que dejar de usarlo para sus vinos. Desde entonces, puedes ver solo Friulano en las etiquetas, aunque algunos productores usan la palabra Tokaj escrita al revés: Jakot. Nuestro protagonista de hoy, Janko, sólo añade una T a su nombre, Jankot, creando de esta manera un bonito juego de palabras con la palabra Tokaj.

Al Jankot le siguió el Re Piko 2013. Este vino es un ensamblaje de Riesling y Picolit. Sí, Riesling, has leído bien. Janko tiene un viñedo de Riesling Itálico y con él elabora un maravilloso vino macerado en las pieles durante 25 días. A continuación, Tamara apareció con una botella de su Malvazija 2013. Un vino fascinante, y como cada espectáculo de fuegos artificiales termina con una gran traca final, Janko dejó el Big Bang para el final: Pinot Draga 2011. Ya había disfrutado de este vino y esta vez estaba también simplemente increíble. Un Pinot Grigio verdaderamente bueno.

Compré un poco de vino y lo empaqueté en bolsas para volver a casa. Desafortunadamente, el Rebula 2016 se rompió dentro de la maleta. Antes o después tenía que pasar, ya que esta es una forma que utilizo mucho para traer vino a casa. Cuando oí el ruido de los cristales rotos dentro de la bolsa me temí lo peor. Botellas rotas, todo el contenido manchando la ropa y todo lo demás, pero ¡oye! Janko produce vinos naturales, ¿te lo había dicho? No quedó una sola mancha en toda la ropa después de lavarlo. Simplemente perfecto. La pena fue no haber escurrido el vino antes de lavar la ropa, pero no se me ocurrió. Nota mental para la próxima vez que esto pase.

Pronto hablaremos con Janko sobre sus vinos y su filosofía de la elaboración del vino.

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