La Ruta 66. Si hay una carretera emblemática, esa es una que todos conocemos. Desde Chicago a Los Ángeles, cruzando los Estados Unidos en un Cadillac rosa o en una Harley Davidson Electra Glide. Probablemente el viaje por carretera que más veces se ha planeado o soñado jamás. The Main Street of America es una ruta no demasiado antigua, asfaltada durante el siglo XX para permitir el viaje por carretera de una costa a la otra. En los años 1950 y 1960 adquirió su actual aura icónica, aunque hoy en día sólo sobrevive en pequeñas parcelas de asfalto, ya que ha sido desviada o cubierta por carreteras más grandes y más anchas.
Icónica o no, la Ruta 66 tiene apenas unas décadas de existencia. Hay otras carreteras, quizás no tan famosos, pero también importantes debido a su significado. En Sicilia, Italia, hay otra ruta que, en contraste con la de los Estados Unidos, se hizo por primera vez como un camino estrecho de piedra hace tres mil años. Una carretera que conecta Gela con Kamarina pasando por las colinas de Cerasuolo di Vittoria y desde Caltagirone continua hasta Catania y Lentini.
Esta carretera es la SP68. Uno podría pensar que no hay nada especial en ella, pero si sabes algo acerca de vinos de Sicilia, entonces conocerás esta carretera. Atraviesa el distrito de Fossa di Lupo, donde se encuentra una de las bodegas más especiales de esta isla: Azienda Agricola Occhipinti, donde su propietaria y enóloga Arianna Occhipinti produce vinos conocidos en todo el mundo.
La Azienda Agricola Occhipinti se encuentra en la esquina sureste de Sicilia. El primer viñedo adquirido por la bodega está en C. da Fossa di Lupo, seguido de otro viñedo más, Bombolieri, en 2012, ubicado a lo largo de la Ruta Comarcal SP68. Es un viñedo con un suelo de piedra caliza y con vides de veinte años de edad. Bombolieri era un viñedo abandonado que Arianna recuperó desde cero. De esta manera, el tener que trabajar desde la base y junto a su tío, Giusto Occhipinti, propietario de la Azienda Agricola COS, aprendió la forma correcta de trabajar los viñedos y la elaboración del vino. Siempre trabajó de una manera natural, aunque sus vinos no están certificadas como vinos naturales, ya que cree que “un vino natural es como pienso de mí misma, eso es lo que soy. Viene de mi sensibilidad hacia las cosas verdaderas y de mis gestos, de mis apasionados cuidados. Un vino que, en su armonía y aspereza, habla de la tierra de donde viene y de mí misma. Es por eso que creo que el vino natural, además de ser un buen vino, es también un vino humano”.
Arianna trabaja sólo con uvas autóctonas: las variedades tintas Frappato y Nero d’Avola y las variedades blancas Moscato de Alessandria y Albanello.
El Frappato es un monovarietal Terre Siciliane IGT. 30 días de maceración con las pieles. Una parte permanece en hormigón y otra parte en grandes barriles de roble de Eslanovia de 25hl durante 12 meses. Después permanece un mes en la botella.
Siccagno es un monovarietal Terre Siciliane IGT. 30 días de maceración con las pieles. La crianza es de 22 meses en grandes barriles de roble austríaco de 30hl y dos meses adicionales en botella.
Usando Frappato y Nero d’Avola Arianna produce Grotte Alte, un Cerasuolo Di Vittoria DOCG. Después de 30 días de maceración con las pieles, el vino envejece durante 32 meses en grandes barriles de roble de Eslanovia de 25hl y cuatro meses adicionales en botella.
La designación de la Ruta Comarcal SP68 es el nombre que Arianna utiliza para sus dos ensamblajes que en vez de en barriles de roble se crían cubas de hormigón. Ambos son Terre Siciliane IGT. SP68 Bianco utiliza Moscato de Alessandria y Albanello y SP68 Rosso se elabora con Frappato y Nero d’Avola. Después de 15 días de maceración con las pieles, el vino se mantiene en cubas de hormigón de 85hl donde permanece durante siete meses. Después de este período, el affinamento en la botella tiene una duración de un mes.
Arianna también produce un Passito Terre Siciliane IGT con Nero d’Avola cuyo nombre es Passo Nero y una Grappa di Frappato.
Como dijimos anteriormente, todos los vinos provienen de agricultura orgánica y el máximo respeto por la biodiversidad de la tierra. Arianna cree “en una relación respetuosa con la tierra: un contacto directo que se convierte en profundo conocimiento. Pienso que hay un equilibrio, el de la naturaleza, que hay que respetar en cada gesto: desde el cultivo y la poda, que debe ser ordenada y limpia, hasta el procesamiento del fruto. Equilibrio que se puede resumir en las siguientes palabras: una buena uva produce un buen vino “.
Pronto hablaremos con Arianna sobre sus vinos y su filosofía vinícola.
Fotos (c) Azienda Agricola Occhipinti