Pepe Moquillaza, autor del vino naranja peruano Albita de Ihuanco

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Pepe Moquillaza por Giuliana Dávila

Recientemente hemos hablado sobre los vinos que Pepe Moquillaza está elaborando en Perú, especialmente el Albita de Ihuanco, el primer vino naranja hecho en el país. Hoy hablaremos con él sobre sus vinos y su filosofía vitivinícola.

Buenos días, Pepe y muchas gracias por tu colaboración. Tus inicios en el mundo del vino están en la elaboración de Pisco. Qué te llevó a elaborar vino?

 Uno hace cosas por oportunidades o amenazas, en este caso la amenazada es la uva pisquera cuyo valor es bajo en relación a la uva de mesa (US$0.50 vs US$2.00) y se viene arrancando. Con la industria pisquera pensando solo en ser monoproducto Pisco la perderíamos y decidí no quedarme de brazos cruzados, tenemos que usarla más! En más productos derivados de la uva y del vino.

Utilizas uvas autóctonas en la elaboración de tus vinos. Cuales son y qué características tienen?

Si, no vamos a ser Burdeos ni Toscana nunca, tenemos que pensar en ser Perú y el Perú fue potencia productora de vinos y aguardientes en el siglo XVI, lo nuestro es rescatar esos vinos de esas uvas con esos mismos procesos y el cuidado sanitario de hoy.

Las uvas peninsulares fueron la Listán Prieto y la Negramoll, del cruce de ambas en el siglo XVII se obtuvo la Quebranta, la reina de las uvas peruanas desde hace cuatro siglos y yo soy su devoto. Es una uva gris, de piel de roja a suave pardo pero la pulpa es blanca, su carga sacárica es alta ideal para el Pisco pero llama la atención su nobleza, productividad y resistencia, sus aromas son tenues y finos pero en la boca es telúrica con mucha tersura y gran persistencia.

Las parras viejas leen muy bien su terreno, vinificar sin intromisiones permite ver estas notas distintivas.

En el Valle de Ica nos ha acompañado en las buenas y en las malas durante siglos.

Tienes viñedos en Valle de Ica y en Cañete. Cómo son estás zonas y qué diferencias hay entre ellos?

Son viñedos de mis socios, soy muy abierto a las asociaciones.

En el viñedo en San Juan de Ihuanco, distrito de Cerro Azul, provincia de Cañete, producimos vinos a 4 kilómetros del mar. El suelo ha sido fondo marino y las parras de pie franco le dan una lectura sólida a su entorno y suelo. Con Camilo Quintana creímos en la Quebranta y elaboramos un vino varietal 100%, también cofermentamos uvas blancas (Muscat y Albillo) para dar Albita de Ihuanco.

En el viñedo de Ica tomamos uvas de La Quilloay y Ocucaje. Estos son vinos del desierto pues el mar está a 50 kilómetros, el suelo es arenoso, es casi un horno con baja amplitud térmica (37/27C). Estas Quebrantas son recias pero a la vez muy finas, hay que ser muy inteligente para cosecharlas y molerlas con cariño.

Con Matías Michelini cofermentamos Quebranta con uvas como la Torontel o la Moscato Rosso, también elaboramos vinos naranjas de uvas blancas, algunos reposados en viejas botijas peruleras. 

Elaboras un vino naranja, Albita de Ihuanco. Háblanos de él, por favor.

Albita es un vino único, muy especial. La inquietud de mi socio Camilo generó la cofermentación, nunca hacemos ensamblajes. No tenemos temperatura controlada y el vino se tornó ambarino, con una carga frutal brutal y una sensación de frescura notable. Lo llevamos donde nuestros clientes que ya compraban vinos de Quebranta y no lo quisieron. Por esas cosas de la vida en La Gastrónoma (única tienda que vende 100% vinos naturales) les gustó, lo vendieron muy bien y hasta le crearon la etiqueta, allí poco a poco se fue corriendo la voz y comenzó a salir al extranjero llamando la atención, hoy todo esta pre-vendido.

Qué te decidió a hacer algo tan particular como un vino naranja?

El seguir los procesos ancestrales. Queríamos un vino blanco pero la no intervención nos dio un vino naranja, parecía un fracaso y decidimos no corregir nada de nada: resultó un éxito notable.

Ahora cosechamos menos maduro para extender las maceraciones, ya no es tan naranja de color pero si de corazón, el color ahora es un pajizo perlado.

Además usas tinajas para su crianza. A qué se debe el uso de este envase?

Las botijas peruleras eran el medio de crianza y transporte del vino y aguardiente que salía desde el Puerto de Pisco en el siglo XVII. Son pequeñas (72 litros) y se usaron en el eje jesuita entre Pisco y Nasca. En el resto del Virreinato del Perú se usaron grandes tinajas fijas de 1000 o más litros.

Se usaron hasta la década de 1950 y luego se fueron abandonando. Además los terremotos fueron destruyendo las que estaban almacenadas. Cuando Matías Michelini las vio me propuso usarlas, las busqué, las saneamos, les pusimos el vino y perdimos el 50% pues se volvió vinagre.

Desde entonces vengo trabajando para recuperar la fabricación de botijas nuevas que permiten retornar a la crianza en arcilla, como en el siglo XVI.

El éxito ha sido alto, dado que en la actualidad el Albita de Ihuanco se ofrece en la carta de vinos de El Caller de Can Roca. Cómo habéis recibido esto?

Con humildad e ilusión, dos lecciones que nos dio Josep “Pitu” Roca. En el mismo Puerto de Pisco seguimos desarrollando productos y esperamos cerrar distribuidores con alma en el mundo. Nos faltan Barcelona, Nueva York, Londres y Hong Kong, espero poder viajar el próximo año.

También has creado una sociedad con Matías Michelini llamada MIMO Wines & Spirits en la que hacéis otros dos vinos naranja. Cómo surgió esta asociación con Matías?

En mayo del 2014, invitado por Wines of Argentina, hice la gira por todo el país del vino. En ese año todos los vinos se parecían mucho y solo había una persona haciendo algo distinto: Matias Michelini. En julio volví a Mendoza y pedí conocerlo. Nos vimos frente a la cordillera, nos miramos, hablamos, bebimos y fuimos amigos. Dos años después salimos de vacaciones en familia y pude plantearle el negocio: él nos enseñaba a mejorar los vinos naturales y yo le enseñaba a destilar un aguardiente que debía llamarse UCO, ambos productos de Ica y Uco con la marca MIMO. El 2017 ha sido menos intenso por los disturbios climáticos pero en el 2018 retomaremos con fuerza.

Cómo son esos vinos y qué aceptación tienen?

Son vinos muy distintos, con mucha expresión de fruta con toques terrosos y salinos. El Italia (Muscat) es muy suave, terso y a la vez salvaje por la maceración extensa (60 días), el Torrontel (Torrontés) es más expresivo en nariz y más audaz en boca. El Tinto de Ica es una locura porque si la expresión de la Quebranta es novedosa para muchos imagínate la cara de quienes lo prueban en cofermentacion. Son vinos de sommelier, van bien en los restaurantes con conceptos únicos y singulares, ese es su camino.

Tienes nuevos proyectos entre manos?

Siempre. El pasado 8 de noviembre hemos lanzado el Brandy de Ica que replantea la ecuación clásica del brandy en el mundo. Todos reposan rectificados jóvenes y fuertes por largo periodos en toneles inmensos y nosotros vamos por el sentido contrario pues reposamos piscos que ya viejos toman contacto con la barrica por un pase más corto, la vitalidad de la fruta es sorprendente.

También tenemos por desarrollar el vinagre de vino naranja abotijado, espero conocer a un maestro del vinagre para que trabaje este diamante en bruto.

Seguiremos con nuestro proyecto de Antiguas Familias rescatando pequeños lotes históricos irrepetibles y esperamos atraer a un ángel inversor que comparta nuestros sueños y nos acompañe por el mundo. Es mucho trabajo para una sola persona.

Hasta ahora, el vino que viene de América del Sur a España es de Argentina y Chile en su mayoría. Crees que comenzará a haber vinos de Perú también? 

La industria peruana está creciendo a pasos agigantados y los buenos vinos deben incentivar primero el cultivo de más Vitis Vinífera para poder eliminar la importación de algunos mostos y ganar espacio frente a los vinos importados. Perú, por tener una industria pequeña, es hoy una paleta muy rica de vinos de gran calidad provenientes de todo el mundo. La valla esta alta y debemos pasarla en base a autenticidad, es la hora de América Latina.

En qué situación de crecimiento está el vino peruano?

Viene creciendo, pero falta la inversión extranjera que detone el sector. Sucederá como en todas partes y puede llegar a ser un buen productor de vino fino, no de masivos. 

Para acabar, Pepe, qué estilo de vino te gusta beber cuando no estás trabajando?

Mi alma pasea entre Jerez y Jura

Entre los Speyside y el Valle de Ica

Entre Mendoza y Mosel

Entre los valles de Ica y de Uco.

Nunca solo, con amigos del alma.

Muchísimas gracias, Pepe!!

Foto (c) Giuliana Dávila