Muchas veces conocemos creadores de vino cuyos padres ya hacían vino y les enseñaron los entresijos de su creación. Otras veces, menos, los abuelos también se dedicaban al vino. Pocas veces, muy escasas, encontramos a alguien que es la vigesimoprimera generación de su familia. Esto se traduce en cerca de cinco siglos de viticultura familiar.
Es el caso de Pepe Raventós, el heredero de una saga que comenzó en 1497, muy poco después del Descubrimiento de América. Una familia, Raventós i Blanc, propietaria de 90 hectáreas de viñedo y bosque en el corazón del Penedès, en Sant Sadurní d’Anoia, que en la actualidad son gestionadas por Pepe quien, de acuerdo a la tradición familiar, sigue los principios de la viticultura biodinámica.
Pero hoy no vamos a hablar de lo que se hace hoy en día en Raventós i Blanc sino de un proyecto mucho más pequeño que Pepe inició hace tres años, en 2014, con la idea de hacer vinos naturales vinificados en el garaje de su casa en la finca Mas del Serral. Este proyecto, Vinos Naturales by Pepe Raventòs, consta de tres vinos elaborados siguiendo los métodos ancestrales. Pepe aplica la biodinámica en el viñedo, trabajando de manera orgánica y respetando el suelo. Entiende el viñedo como un ecosistema en el que las uvas son solo una parte del mismo, al igual que el hombre, dejando la cubierta vegetal y permitiendo que los animales sean parte integral de un todo.
La biodinámica se rige por un calendario lunar que indica cuando hay que hacer los trabajos en la cepa. En la propiedad hacen los preparados necesarios para el cuidado del campo: boñiga, sílice, diente de león, manzanilla, ortiga, corteza de roble, milenrama y valeriana. El compost que también utilizan viene de sus propios animales y de granjas ecológicas si es necesario. Y por supuesto, se utilizan los preparados de Maria Thun y otros cuando hace falta incluyendo diluciones de cenizas para plaga de conejo, de cola de caballo antifúngico o el preparado de los reyes magos. La fitoterapia, incluyendo aplicaciones de cola de caballo, ortiga y consuelda, es también parte fundamental del proceso. Como vemos, la biodinámica es la base fundamental del trabajo en Vinos Naturales by Pepe Raventòs.
El trabajo en la viña es manual, y cuando es necesario utilizan caballos. No se añaden levaduras, azúcares, productos químicos ni se controla la temperatura en la vinificación, lo que hace que el proceso sea lo más natural posible.
Los suelos de los viñedos son calcáreos. Están formados por una capa de arcilla con nutrientes, materia orgánica y agua, y una segunda capa por debajo formada por roca madre calcárea, repleta de fósiles marinos.
Comentábamos que Pepe hace tres vinos en este proyecto. Para ellos utilizan dos variedades autóctonas: la Xarel·lo y la Bastard Negre. Los tres vinos son de muy baja producción:
Xarel·lo de la Vinya del Noguer Alt. Cepas de casi 50 años y suelos calcáreos. En la añada 2015 el vino fermentó en cemento y ánfora de cerámica de 1.000 litros. Posteriormente, en 2016, se cambió el método de elaboración sustituyendo el depósito de cemento por un fudre de 1.500 litros de capacidad.
Como curiosidad de la añada 2016, la parte del mosto que fermentó en el ánfora terminó el proceso al mes de haber arrancado, mientras que la parte que fermentó en el fudre se detuvo en invierno y no fue hasta que subió la temperatura en primavera que arrancó de nuevo para terminar a finales de abril. Después se hizo el coupage del vino y se embotelló sin clarificar ni filtrar. El vino reposó en botella seis meses más.
La añada 2015 ofreció un vino bastante fino, quizá con una acidez algo baja, pero que resultaba muy agradable de beber y fácil de maridar. Un vino que resaltaba en carácter de la Xarel·lo. La añada 2016 presenta cierta turbidez. En nariz es muy aromático, con ciertas notas a compota de manzana, en boca la acidez atrapa desde el principio y el resultado final es muy bueno. Resulta muy agradable y muy bien hecho. Las dos añadas son bastante diferentes entre sí, como debe ser ya que siempre hay diferencias entre una cosecha y la siguiente. Sin embargo, la diferencia en el método de elaboración es grande. Ambas pasaron por ánfora, pero la crianza en fudre del 2016 hace que sea un vino mucho más opulento y con la acidez más afilada. Por suerte la madera no se percibe en este vino, al ser criado en un fudre grande.
Dos vinos que se adaptan a diferentes gustos pero que a la vez resultan muy agradables y fáciles de beber.
De este Xarel·lo se hicieron 2.166 botellas en 2015 y 2.824 en 2016.
Ancestral es un vino espumoso natural, 100% Xarel·lo de la Vinya del Mas. Suelos calcáreos y de textura arcillosa. El vino empieza la fermentación en tanques de acero inoxidable y termina dentro de la botella, tal y como se hacía antiguamente.
Si algo caracteriza a este vino es el agarre que tiene. Visualmente se parece mucho al Xarel·lo 2016. En nariz te atrapa desde el principio y antes de catarlo ya sabes que tienes algo especial en la copa. Al probarlo, una acidez muy bien equilibrada hace que el vino sea espectacular, muy aromático y con muy buenas carga frutal. Es un espumoso diferente, con una burbuja muy fina y que no tiene nada que ver con los cavas que se hacen en la zona. Son dos conceptos de vino, el cava y este ancestral, que muestran sus diferencias. Personalmente, me pareció un vino excelente y que desde luego me hizo disfrutar muchísimo mientras lo tenía en la copa.
Por desgracia a la hora de proveerse de este ancestral, la producción es bastante limitada también. 1.671 botellas de la añada 2014 y 1.418 en 2015.
El tercer vino es un tinto, Bastard Negre, de Les Terrasses del Serral. Cepas de más de 40 años en suelo calcáreo muy pobre. El vino fermenta en botas abiertas de 4-5 usos de 225 litros. Se busca que la madera no aporte nada al vino, de ahí que sean viejas. No se hace control de la temperatura de fermentación.
En 2014 se elaboraron 582 botellas y en 2015 se hicieron 483 botellas.
Pronto hablaremos con Pepe Raventós acerca de sus vinos y su filosofía vitivinícola.
Fotos (c) VN by Pepe Raventós