Originalmente publicada en miamigoelvino.com el 07/11/2016.
Tommasi
Suena a nombre italiano, y eso es exactamente lo que es. Pero detrás de este apellido italiano hay mucho por descubrir. Recientemente he viajado al Veneto en Italia para hacer un curso de vino y decidí visitar una bodega local. Cuando planificaba mi viaje me puse en contacto con una de ellas y Annalisa Armani, Directora de Relaciones Públicas y Comunicación de la bodega, organizó un evento muy especial. Por las pistas, empecé a pensar que esta podría ser una visita diferente. Y diferente es una palabra que no puede explicar la experiencia que me esperaba.
En el corazón de la región de Valpolicella Classico hay un pequeño pueblo llamado Pedemonte. Tommasi Viticoltori (www.tommasiwine.it, @Tommasiwine) está situado en este pueblo. Aquí todavía podemos visitar el edificio donde Giacomo Battista Tommasi fundó la bodega en 1902. Desde entonces, el pequeño viñedo adquirido por Giacomo ha crecido hasta convertirse en un gran imperio familiar que ahora incluye cinco bodegas en cinco denominaciones de origen italianas, así como un fabuloso y elegante hotel/spa/centro de convenciones, el Hotel Villa Quaranta, en la cercana localidad de Pescantina.
Una vez llegamos a la bodega, Annalisa nos explicó sobre la familia y la bodega. Tommasi es una familia propietaria de varias bodegas en Italia: Tenuta Caseo en Oltrepò Pavese, Lombardia; Podere Casisano en Montalcino, Toscana; Poggio Al Tufo en Marema, Toscana; Masseria Surani en Manduria, Puglia y especialmente, Tommasi Viticoltori en Valpolicella, Veneto donde todo comenzó en 1902.
Annalisa nos explicó que los viñedos se encuentran en terrazas separados por muros de piedra construidos hace tiempo. Este método es más costoso debido a la forma de trabajar las terrazas, pero es más el método tradicional que quieren para sus viñedos. Luego Pierangelo Tommasi se unió a nosotros. Pierangelo es el Director de Comercio Exterior de la bodega. Él fue nuestro guía en una increíble visita. Pierangelo nos explicó sobre los tres principales viñedos que se encuentran detrás del edificio, donde se cultivan las uvas que van a ser parte del Amarone Della Valpolicella Classico, el Amarone Della Valpolicella Classico Riserva, el Valpolicella Classico Superiore, el Valpolicella Classico Superiore Ripasso y el Recioto Della Valpolicella Classico, los cinco vinos que elaboran aquí.
Los nombres de los tres viñedos son La Groletta, Conca d’Oro y Ca’ Florian. Este último es el viñedo que da nombre al Amarone Classico Riserva. La Groletta y Conca d’Oro son los viñedos donde crecen las uvas para los vinos Valpolicella Classico y Amarone Classico.
El sistema con el cual se plantan las vides se denomina Pergola. Este método es más costoso ya que requiere más trabajo de mano de obra y también debido a que generalmente produce un mayor rendimiento que el sistema más conocido internacionalmente conocido de Guyot, por lo que requiere una poda en verde a principios de verano para dejar menos racimos en la planta, garantizando así la alta calidad de las uvas. También es la forma tradicional de trabajar las vides. Estos viñedos producen uvas de alta calidad.
Después de los viñedos nos fuimos al edificio principal. La visita fue muy interesante visitando todas las salas. Primero visitamos la zona donde guardan las uvas que serán parte de los dos Amarone Classico y el Recioto: Corvina, Corvinone, Rondinella, Molinaray Oseleta. Aquí es donde las uvas pasan por un método llamado Appassimento, que consiste en secar o pasificar las uvas. Después de la cosecha, las uvas se distribuyen en dos recipientes: unas cestas de plástico y unas camas de madera con la base de bambú llamadas Arele. La uva permanece en estos areley cestas durante al menos 100 días, según las normas del Consorcio de Amarone Classico. Después de este período se iniciará el proceso de fermentación para el Amarone Classico y el Amarone Classico Riserva. Parte de las uvas permanecerán en el arele algunas semanas más para obtener una mayor concentración de azúcar. Estas uvas se integrarán en el vino dulce Recioto. Para el secado de las uvas emplean dos métodos: cuando el tiempo es bueno abren todas las ventanas de las habitaciones. Si el tiempo no es tan bueno, como lo fue el día de nuestra visita, hay unos grandes ventiladores moviendo el aire mientras unos deshumidificadores colgados del techo trabajan a pleno rendimiento. El color de las uvas, ya en este proceso desde hace dos semanas, es increíblemente azul.
Hay una historia acerca de cómo el vino Amarone se hizo por primera vez. Hace mucho tiempo, un productor estaba elaborando Recioto, pero se olvidó de uno de los barriles. En vez de que se detuviera la fermentación del vino para mantener sus altos niveles de azúcar, el proceso continuó. Cuando abrió el barril catar el vino, se dio cuenta de que vino no era dulce sino amargo (técnicamente era un vino más seco) y este nuevo vino era «grande» en estilo y cuerpo por lo que se denomina AMARONE (amaro=amargo; one=grande).
Luego pasamos a la sala de fermentación donde guardan los vinos Valpolicella 2016. Una impresionante sala con tanques de acero con una capacidad de hasta 50.000 litros. Los tanques están etiquetados como «mosto que va a ser Valpolicella Classico». Aquí elaboran dos vinos:
- Con una mezcla de Corvina 60%, Rondinella 25% y Molinara 15% elaboran el Valpolicella Classico Superiore. Este vino lleva el nombre de la viña de dónde provienen las uvas: Rafaèl. Después de la fermentación, el vino envejece durante 12 meses en barricas de roble de Eslavonia de 6.500 litros.
- El segundo vino es el Valpolicella Classico Superiore Ripasso. Con una mezcla de Corvina 70%, Rondinella 25% y Corvinone 5%, una vez terminada la fermentación del vino Amarone y ha sido pasado a barricas de roble, allá por el mes de enero, este nuevo vino es remacerado en los restos de las uvas de Amarone durante unas dos-tres semanas, de ahí el nombre de Ripasso, ya que pasa por segunda vez por los hollejos. El envejecimiento de este vino es de 12 meses en barricas más pequeñas de roble de Eslavonia, de «sólo» 3.500 litros de capacidad.
Después visitamos la sala de crianza. Aquí es donde los Amarone Classico descansan en barricas de roble. Lo primero que llama la atención es los diferentes tamaños de las barricas: roble francés de 225 litros y también toneles de roble de Eslavonia de 6.500, 3.500 y 2.000 litros. Más de lo que se pueden contar en una sola visita. También encontramos algo muy especial: La Magnifica. Un increíble tonel de roble de Eslavonia de 33.300 litros.
Tommasi produce alrededor de 185.000 litros de Amarone Classico al año. Después de la fermentación, este vino se reparte entre La Magnifica y las barricas de 6.500 y 3.500 litros. El vino va rotando entre todas ellas cada pocos meses para equilibrar su envejecimiento. El vino permanece allí durante tres años antes de ser embotellado.
En cuanto al Amarone Classico Riserva, en su primer año el vino envejece en las barricas de roble francés de 225 litros que están en su tercer año de uso. Los alrededor de 9.000 litros producidos anualmente pasan doce meses en estas barricas y otros tres años en barricas de 3.500 y 2.000 litros antes de ser embotellados. Así, la diferencia entre ambos vinos es el año que el Riserva permanece en las barricas de roble francés.
Estábamos abrumados por la cantidad de barricas, la cantidad de vino que había en el lugar, sobre todo sabiendo la calidad de los mismos. Y hablando de vinos, nos fuimos a la sala de reuniones para nuestra cata de vinos de Tommasi. Vimos las botellas en la mesa y todo lo que podemos decir ahora es que nos quedamos sin palabras. En primer lugar, Pierangelo mencionó que Tommasi compró el año pasado una bodega en Montalcino, Podere Casisano, donde producen un Brunello di Montalcino y un Rosso di Montalcino. Mencionamos nuestra pasión por los Brunello y Pierangelo dijo: «Vamos a por éste primero antes de comenzar con los vinos locales.» Y quién soy yo decir que no? Casisano 2011 es un magnífico Brunello. Muy elegante y muy suave, a diferencia de otros Brunello que he probado donde el carácter de la Sangiovese es más salvaje. Casisano es un vino impresionante, uno de esos que te bebes la botella entera mientras hablas durante horas.
Seguido, los vinos locales. Comenzamos con el Tommasi Valpolicella Classico Superiore Rafaèl 2014. Ya habíamos probado antes los vinos Valpolicella Classico pero definitivamente los otros jugaban en otra liga diferente. Este vino es espléndido, suave y elegante en boca, lleno de fruta agradable y muy equilibrado. Luego probamos el Tommasi Valpolicella Classico Superiore Ripasso 2014. Este es un estilo de vino muy especial, y después de nuestro paso por Tommasi y otros Ripasso que probamos en este viaje, podemos decir que se ha convertido en uno de nuestros estilos de vino favoritos.
Después entraron en juego los hermanos mayores: el Amarone Della Valpolicella Classico 2012 y el Amarone Della Valpolicella Classico Riserva Ca’ Florian 2009. Tú que me lees puedes pensar que estoy exagerando pero tuve que hacer una pausa mientras miraba las copas antes de probarlos. Sabía que eran grandes vinos, algunos de los mejores vinos de Amarone que se pueden encontrar, y cuando los probé fue increíble. Vinos muy equilibrados. Podría dar aquí una nota de cata completa, ahora que he terminado mi curso de vino, pero solo diré que estos vinos eran simplemente increíbles. El Amarone Classico proviene de los viñedos La Groletta y Conca d’Oro y tiene una mezcla de Corvina 50%, Corvinone 15%, Rondinella 30% y Oseleta 5%. El Amarone Classico Riserva viene del viñedo Ca’ Florian y tiene una mezcla de Corvina 75%, Corvinone 15% y Rondinella 10%.
La cata no había terminado, ya que Pierangelo abrió una botella de Recioto Della Valpolicella Fiorato 2013, su especial vino dulce elaborado con una mezcla de Corvina 65%, Rondinella 30% y Molinara 5%, del viñedo Fiorato. Después de un período de hasta cuatro meses en arele, las uvas pasan un año en barricas de 500 litros. Utilizaremos las mismas palabras de antes: Increíble, increíble, maravilloso elegante vino.
La visita llegó a su fin y expresamos nuestro enorme agradecimiento a Pierangelo y Annalisa, ya que además habían esperado a que terminara nuestro curso de vino a las 17:30 para llevarnos a esta visita.
La visita a la bodega terminó pero no nuestra experiencia con Tommasi. Annalisa nos llevó a Borgo Antico, el restaurante del Hotel Villa Quaranta, también propiedad de la familia de Tommasi, para la cena. Hablaremos de la cena y la hospitalidad de Tommasi pronto, así como una entrevista con Giancarlo Tommasi, enólogo de la bodega.
Me he convertido en un acérrimo fan de Tommasi Viticoltori, pero sobre todo, en un admirador de la familia Tommasi. Mi agradecimiento a Annalisa y Pierangelo, y también a sus colegas Luca Carrara y Luca Nicolis, entre otros, sobre los que hablaremos pronto. Es increíble cuando encuentras personas como ellos, construyendo juntos un proyecto tan importante como este.
Algunas fotos © by Tommasi Viticoltori